ROMA, martes 22 de febrero de 2011 (ZENIT.org) - “Esta es la aventura que el Papa Benedicto XVI nos propone”, explicó el cardenal Robert Sarah, durante la presentación esta mañana en el Vaticano del mensaje de Benedicto XVI para la próxima Cuaresma.
“Queridos amigos – declaró el presidente de Cor Unum –, ¡Dios nos ha destinado al amor! Por esto debemos nutrir el poder del don de la vida divina en nosotros, que se nos ha dado en el bautismo. ¡Está al alcance de la mano! Esta es la aventura que nos propone el Papa para esta Cuaresma. En Pascua, cuando recojamos lo que hemos sembrado, el “hombre viejo” que hay en nosotros será sepultado. Así, mediante la gracia divina, podremos levantarnos y ser criaturas nuevas”.
“¡La invitación papal no es una utopía!”, subrayó el purpurado, indicando que en su mensaje de este año, el Papa ofrece “una brújula” para esta “aventura”.
Subrayó tres elementos del mensaje que constituye, afirmó, un “gran regalo” del Papa “para reavivar la vida sobrenatural que nos ha sido dada por el bautismo”.
El primero de ellos es que el Papa ofrece un comentario al evangelio de cada uno de los cinco domingos del tiempo de Cuaresma. “Haciendo así, desea hacernos experimentar un encuentro personal con Cristo, respuesta a los deseos más profundos de la persona humana y del mundo”.
En segundo lugar, este encuentro con Cristo “se manifiesta en las obras concretas de misericordia”. El cardenal Sarah recuerda que Benedicto XVI, gracias a los dones recibidos de los fieles, ha hecho llegar casi dos millones de dólares a la reconstrucción de Haití, para iglesias y escuelas. “Hay que renunciar al egoísmo”, por “un amor al prójimo en necesidad”, subrayó, animando a participar en las campañas caritativas de esta Cuaresma.
En tercer lugar, explicó el purpurado, el Papa propone el tiempo de Cuaresma como un “camino”, un momento “para hacer fructificar la semilla plantada en el bautismo, que refleja toda la existencia de cada ser humano, vivida entre la resurrección de Cristo y la de cada uno de nosotros”.
“Este supremo ofrecimiento de comunión con Dios en la eternidad conforma la vida presente, tanto a nivel social como individual”, añadió.
Como testigo de esta caridad concreta, el cardenal Sarah había invitado a participar en la presentación del mensaje a Myriam Garcia Abrisqueta, presidenta de “Manos Unidas”, asociación caritativa española que en 50 años ha promovido 25.000 proyectos en 60 países.
La presidenta García Abrisqueta subrayó que “la caridad activa nace del bautismo”, y que “Manos Unidas” es un movimiento católico “nacido del genio femenino”, para “favorecer el desarrollo integral y auténtico de los pueblos en vías de desarrollo”, así como para “luchar contra el hambre de pan, el hambre de cultura y el hambre de Dios”.
Por Anita S. Bourdin