¿Quién le iba a decir a un joven de Indianápolis apasionado de la guitarra que años más tarde se convertiría en el ministro general de los franciscanos?
«Discípulo de san Francisco de Asís, conocido como príncipe de los poetas, implicado por el Poverello en la difusión de El cántico de las criaturas. Uno de los capítulos de las Florecillas está dedicado a él»