ANKARA, 10 agosto (ZENIT.org).- Ali Agca, el hombre que en 1981 intentó asesinar al papa Juan Pablo II, aseguró ayer en declaraciones que hizo en Ankara (Turquía) que el Vaticano le ofreció en 1983 una gran cantidad de dinero, la libertad y el nombramiento como cardenal a cambio de convertirse al catolicismo.
«Preferiría ser un mono en la selva africana que un rey en el Vaticano», añade Agca en una declaración titulada: «Soy inocente. El mayor criminal es el Vaticano», que su abogado distribuyó ayer antes de que comenzara en Ankara un proceso contra él por un caso de robo ocurrido en 1979 y que ha sido recogida por la agencia DPA.
El abogado de Agca dijo que las afirmaciones de su defendido no son irracionales, sino por el contrario razonables y creíbles. También aseguró que Agca todavía tiene que hacer más revelaciones sobre el Vaticano. Mehmet Ali Agca no ha explicado, sin embargo, cómo podría nombrarle el Papa cardenal si para ello se requiere el que haya sido bautizado, ordenado sacerdote y obispo. Por otra parte, la libertad de Ali Agca no dependía de las autoridades del Vaticano, sino de la justicia italiana –encargada de su caso– a la que le interesaba bastante poco su posible conversión al catolicismo.
El turco, de 43 años, fue amnistiado en junio pasado por el presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi y entregado a las autoridades turcas. El 13 de mayo de 1981 disparó contra el papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro en Roma. Los trasfondos del atentado nunca fueron aclarados, aunque se apuntó a una trama búlgara en la que estaban implicados servicios secretos soviéticos. En la actualidad está preso en la cárcel de alta seguridad de Kartal, en Estambul, cumpliendo condena por el asesinato en 1978 de un periodista turco.
En una audiencia el mes pasado, Agca acusó al Vaticano de ser «enemigo de Dios y de la humanidad» y reclamó la renuncia del pontífice.