CIUDAD DEL VATICANO, 5 oct (ZENIT.org).- A los 94 años de edad, falleció ayer, en su casa de Roma, el cardenal Egano Righi Lambertini, una de las figuras más eminentes del servicio diplomático de la Santa Sede en este siglo.
Durante diez años había sido nuncio apostólico en París, después de haber representado al Santo Padre en Corea, Líbano, Chile e Italia. Tras haber entrado en el colegio de los cardenales, en el consistorio de 1979, Righi Lambertini sirvió a la Santa Sede como consultor de varios de sus organismos.
Su testimonio cristiano cobró fuerza hace un año, cuando sus condiciones de salud le obligaron a vivir en una silla de ruedas, asistido con cariño por una familia polaca que le atendía desde hace algunos años.
Los funerales del cardenal Egano Righi Lambertini serán presididos por el Papa mañana por la mañana en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Tenía una visión personal del servicio diplomático a la Santa Sede: «Realizar las grandes esperanzas humanas: la tranquilidad interior, el progreso y la paz entre las naciones». Así lo explicó cuando se convirtió en «embajador» del Papa en París, en 1969. Y luego reveló que este era el objetivo que le había planteado el Papa Juan XXIII cuando en 1960 le ordenó arzobispo y le nombró nuncio apostólico en Líbano.
El cardenal Righi Lambertini fue fiel a esta inspiración y, de hecho, alcanzó un reconocimiento único en todos los países en los que sirvió como nuncio. Lo prueba, por ejemplo, el prestigioso galardón que recibió al concluir su misión de nuncio en Francia, cuando recibió el título de Gran Oficial de la Legión de Honor.
En un telegrama enviado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, se expresa el pésame del Santo Padre por el fallecimiento del purpurado y recuerda «con intensa emoción el prolongado testimonio de vida sacerdotal, totalmente consagrada a la gloria de Dios y al servicio de la Santa Sede» en el que dio «testimonio de auténtico espíritu pastoral y de profundo amor a la Iglesia».
Con la muerte del cardenal Righi Lambertini el Colegio de los cardenales se compone, ahora de 143 purpurados, de los cuales 99 son electores en un futuro cónclave; 44 ya han superado los ochenta años. Los cardenales italianos son ahora 35, de los cuales 17 son electores.