Casi 30 personas perdieron la vida y más de 40 mil tuvieron que ser momentáneamente evacuadas a causa de las torrenciales lluvias que asolaron las zonas de Lombardía, Piamonte y Valle de Aosta.
El 18 de octubre pasado, durante la audiencia general, el Papa hizo llegar un mensaje de cercanía a todas las personas que han perdido a sus seres queridos o cuyas casas han quedado destruidas total o parcialmente. En particular, Juan Pablo II ha enviado mensajes de apoyo a la población que desde hace años le acoge con cariño durante sus vacaciones de verano en los Alpes italianos.
Mañana, monseñor Cordes visitará mañana el Valle de Aosta, donde se encontrará con las autoridades y visitará a los párrocos de las zonas afectadas. Asimismo entregará al obispo de Aosta una ayuda que ha querido enviar el Papa.
En la tarde, el arzobispo alemán, encargado de promover y coordinar la acción de caridad y humanitaria de la Iglesia católica, celebrará la eucaristía junto a los evacuados y los voluntarios que les atienden.
«Será una manera especial de conmemorar el año 2000: año de la reconstrucción –explica un comunicado de prensa redactado por el Consejo Pontificio «Cor Unum»–. Muchos de ellos, al no poder venir a Roma, por estar comprometidos en la reconstrucción de lo que les ha quitado la calamidad, podrán sentir al Papa más de cerca, y celebrar con su enviado el año santo».