CIUDAD DEL VATICANO, 14 nov (ZENIT.org).- Una delegación de la Santa Sede concluyó hoy una decisiva visita a Corea del Norte. La noticia ha sido confirmada por el portavoz vaticano, Joaquín Navarro-Valls.
En un comunicado oficial, el director de la Oficina de Información de la Santa Sede explica que la delegación vaticana, «en su quinta visita consecutiva a Pyongyang, ha querido reafirmar la solidaridad efectiva y constante del Santo Padre con la población de Corea del Norte y continuar las relaciones previamente establecidas con las autoridades gubernamentales, en particular con el ministro de Asuntos Exteriores».
Formaban parte de la delegación el arzobispo Celestino Migliore, subsecretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, y monseñor Luis Mariano Montemayor, oficial de la Secretaría de Estado.
«Un momento importante de la visita ha sido el encuentro de oración con la comunidad católica de la capital, para la que se celebró misa el domingo en la iglesia de Chan Chung. Después de la liturgia tuvo lugar un encuentro con el líder de la Asociación de Católicos de Corea del Norte», ha explicado Joaquín Navarro-Valls.
En la Corea comunista se calcula que hay unos 3.000 ó 4000 católicos (antes de la guerra de 1950-1953 eran más de 100.000). La única iglesia de la capital ya no cuenta con sacerdotes ni religiosos, pues hace casi cincuenta años no ha habido ordenaciones. Parece que ya no queda ningún sacerdote o, en todo caso, desde hace años ya no se tiene contacto con ninguno. Los que quedaban deberían haber muerto.
El presidente de Corea del Sur, recién nombrado Premio Nobel de la Paz, Kim Dae-Jung, dio un impulso histórico al acercamiento con el país hermano comunista al participar en una histórica cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Il, en Pyongang, el mes de julio pasado. En esa ocasión, propuso al líder comunista que invitara a Juan Pablo II a visitar su país, como signo de paz y reconciliación (Cf. «Kim Dae-Jung, premio Nobel de la Paz y «testigo de la reconciliación»»).
La propuesta, que recibió en un primer momento el apoyo del líder de Corea del Norte, está siendo estudiada en estos momentos por la Santa Sede y por el gobierno de Pyongang. Sin duda ha sido parte del argumento de los encuentros entre funcionarios vaticanos y norcoreanos en estos días. Para que el pontífice pueda viajar a esas tierras, Corea del Norte debería comprometerse a respetar la libertad religiosa y a entablar relaciones con la Santa Sede.
En estos mismos días, ha visitado también el país comunista Duncan MacGregor MacLaren, secretario general de Cáritas Internacional, institución que trabaja en Corea del Norte desde 1995, cuando las inundaciones afectaron al país causando una carestía que ha postrado la economía local y ha causado más de dos millones de muertos.
En estos cinco años, Cáritas ha destinado más de 20 millones de dólares en proyectos de caridad. El primero en contribuir con la iniciativa fue el mismo Juan Pablo II quien, a través del Consejo Pontificio Cor Unum, donó 50.000 dólares (Cf. «Corea del Norte: Caritas ha donado más de 20 millones de dólares en 5 años»).