MADRID, 16 nov (ZENIT.org).- El prior de la comunidad ecuménica y mixta de Bose (Italia), Enzo Bianchi, declaró en la VII Asamblea General de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) que si los religiosos «reducen su testimonio a una ética y el evangelio a la caridad a través del voluntariado y la ayuda a las necesidades emergentes, serán buenos filántropos pero no profetas de fe».
Bianchi consideró una tentación para la vida religiosa diluir el anuncio de Cristo resucitado en obras de caridad, en defensa de los derechos del hombre o a favor de organizaciones solidarias.
Por eso, el prior aclaró que no se puede reducir la profecía a un servicio, como el voluntariado, que responda a las necesidades emergentes de la sociedad, sino que la dimensión profética de la vida religiosa presupone una «viva espera escatológica», una forma de vida que no ve el tiempo mundanamente secularizado como evolución, la historia como algo homogéneo privado de sorpresa, un infinito conocido, una eternidad vacía.
Al referirse al carácter escatológico de la vida religiosa, Bianchi invitó a «vivir una nueva relación con las estructuras de la vida religiosa, repensar la autoridad y los ministerios de modo diverso, leer los sacramentos y la liturgia como elementos necesarios pero siempre provisionales».
Es más, frente a la «creciente eclesialización de la fe cristiana», Bianchi señaló que los religiosos, amantes de la Iglesia, deben decir una palabra que recuerde «el señorío eterno de Cristo y la provisionalidad de las lecturas o disposiciones eclesiales y eclesiásticas».
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Nov 16, 2000 00:00