CIUDAD DEL VATICANO, 1 dic 2000 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pudo respirar esta mañana un poco de ese calor típicamente ibérico al recibir en audiencia a los estudiantes y superiores del Colegio Pontificio Español de San José de Roma.
Al saludar a sus huéspedes, el pontífice subrayó que este encuentro tiene lugar en el ámbito de un entrañable aniversario eclesial: el quinto centenario del nacimiento de san Juan de Ávila, patrono del clero secular español.
El Papa recordó que el santo español resumía su programa en un simple consejo: «ore, medite, estudie». «En efecto –añadió–, la meditación y una intensa vida espiritual hacen posible transmitir con convicción el misterio de Cristo, que llena la existencia del sacerdote y del que tanto necesita una generación frecuentemente aquejada de vacío vital y de sinsentido. El estudio, a su vez, favorece una recta comprensión de la doctrina y, por tanto, la capacidad de enseñarla correctamente en cada situación concreta».
Fundado en el siglo XIX por el beato Manuel Domingo y Sol, el Colegio Español acoge actualmente a 120 sacerdotes y diáconos españoles. Su objetivo consiste en prepararlos para que regresen a su tierra de origen con una formación académica más amplia y sobre todo con «una experiencia más universal de la Iglesia», como reconoció el Santo Padre esta mañana.
«El Espíritu Santo continúa suscitando en España numerosas iniciativas para fortalecer la fe de vuestros pueblos y dar esplendor a sus manifestaciones, aún cuando no falten dificultades para un mayor florecimiento del Evangelio en vuestra tierra –constató el Papa–. Con vuestra preparación académica y la experiencia de estos años pasados en Roma podréis dar nuevo impulso a los esfuerzos de tantos paisanos y compatriotas vuestros para que, en la sociedad española, el espíritu del mundo no prevalezca sobre la Palabra de Dios».