Lo establece un decreto de Nohammad Omar, líder del movimiento Talibán, que desde hace cuatro años ha impuesto en casi todo el territorio afgano la «sharia», es decir, los preceptos del integrismo islámico aplicados a las normas de la sociedad civil.
La noticia ha sido confirmada hoy por «Radio Vaticano».
La medida prevé, además, otro tipo de penas. Por ejemplo, los propietarios de librerías, en las que se vendan libros considerados ofensivos o propagadores de «falsas creencias» serán castigados con cinco años de prisión.
Las durísimas posiciones del líder de los Talibanes son justificadas para defender al país de pretendidas maniobras de «enemigos» del Islam no identificados –de dentro y de fuera– que buscan «corromper a los musulmanes ofreciéndoles incentivos económicos para que se conviertan al cristianismo o al judaísmo».