SAN SALVADOR, 25 enero 2001 (ZENIT.org).- Los seiscientos mil damnificados que ha provocado el terremoto en El Salvador han contado desde las primeras horas del desastre con una operación de ayuda sorprendente sobre el terreno organizada por Cáritas El Salvador.
Cáritas ha organizado un Plan Operativo para la Emergencia basado en comisiones situadas en cada una de las ocho diócesis y de las 350 parroquias salvadoreñas. Cada parroquia divide su terreno en sectores, con un equipo responsable de recoger y distribuir ayuda en cada uno de ellos.
Estos equipos presentan censos de personas afectadas y necesidades, que, a través de las Cáritas Diocesanas, llegan a Cáritas El Salvador, que es la que organiza la distribución de la ayuda.
Además, las parroquias recogen recursos procedentes de la solidaridad de sus feligreses y de otras instituciones sociales y empresariales del país que se añaden a los recursos propios de Cáritas El Salvador y de la solidaridad internacional canalizada a través de la red internacional de Cáritas hacia Cáritas El Salvador.
La red de solidaridad y ayuda de emergencia tejida, pese a las enormes dificultades de comunicación por las que atraviesa el país, intenta en todo momento estar conectada con las autoridades locales, con el fin de evitar acciones inadecuadamente independientes cuando se trata de atender a la misma gente.
Esta organización contrasta con la falta de respuesta gubernamental. El Comité Nacional de Solidaridad (CONASOL) puesto en marcha por el Gobierno no está funcionando, han denunciado los voluntarios de Caritas Española presentes en el terreno. La Iglesia, pese a las promesas gubernamentales, aún no había recibido ayer ayuda alguna del gobierno para su distribución.
Las críticas vertidas al funcionamiento de dicho comité por obispo auxiliar de San Salvador y vicepresidente de Cáritas Internacional para América Latina y el Caribe, monseñor Gregorio Rosa Chávez, debido a las discriminaciones que se estaban produciendo en la entrega de la ayuda, han provocado que el Gobierno pida su sustitución como representante de la Iglesia en dicho comité.
Con el objetivo de acallar las críticas, revelan fuentes de Cáritas Española, el Gobierno salvadoreño ha intervenido las comunicaciones del canal 12 de TV por realizar señalamientos contra el Gobierno y su actuación en la emergencia.
Cáritas El Salvador está llevando a cabo, y pide al Gobierno lo mismo, una política de «bodegas vacías», es decir, de distribución de la ayuda con la mayor celeridad posible, ya que existen numerosos contenedores de ayuda que han llegado a los almacenes gubernamentales y que aún no han sido distribuidos.
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Jan 25, 2001 00:00