CIUDAD DEL VATICANO, 1 mayo 2001 (ZENIT.org).- «Fidelidad a Cristo y a su Evangelio». Esta es la propuesta que hace Juan Pablo II a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, una de las congregaciones religiosas con mayor presencia en el campo de la educación.
El Papa ha enviado este mensaje al hermano Alvaro Rodríguez Echeverría, superior general de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, con ocasión del aniversario número trescientos cincuenta del nacimiento de san Juan Bautista de La Salle, «patrono especial de los educadores de la infancia y de la juventud».
Nacido en Reims en 1651, este consejero del rey Luis XIV, repartió la mayor parte de su patrimonio a los pobres para ofrecer educación al mayor número posible de niños, incluidos los pobres. Para ello, con los profesores que le ayudaban, dio vida a la congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Murió en 1791. León XIII lo canonizó en 1900 y Pío XII lo proclamó «patrono de los educadores».
En el mundo hay en torno a 7.500 Hermanos de las Escuelas Cristianas (de La Salle), quienes ayudados por unos 60.000 colaboradores seglares, enseñan a más de 750.000 alumnos en 85 países.
En este aniversario, el pontífice recuerda que el ideal de los hermanos de La Salle «sigue siendo actual y exige discípulos que se dejen modelar por Dios y que, llenos de entusiasmo por la educación y la evangelización, sepan proponer a la juventud la esperanza cristiana y las razones de vivir».
Tras hacer hincapié en la importancia de que los miembros del Instituto den testimonio de la vida fraterna, les anima a «hacer de sus hogares escuelas de vida fraterna, a desarrollar y a difundir una auténtica espiritualidad de comunión, asociando a los jóvenes que se os confían y a los laicos que colaboran en la misión, ayudando a todos a descubrir y a compartir el carisma del Instituto».
Más información sobre los hermanos de La Salle en http://www.lasalle.org.
