ATENAS, 5 mayo 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II «está muy contento» con su visita a Grecia. Lo ha asegurado Joaquín Navarro-Valls, portavoz de la Santa Sede, en un encuentro con periodistas.
«No sólo no hemos visto a ningún contestador», añadió Navarro-Valls, sino que además su visita ha impulsado el camino hacia la unidad con la Iglesia ortodoxa, «una división que dura desde hace diez siglos».
«Hace dos meses este viaje era impensable. Hace un mes y medio no debía tener lugar. Y, sin embargo, en Atenas, se ha firmado una declaración común», aclaró el portavoz vaticano.
El 4 de mayo, en el Areópago, Navarro-Valls al encontrarse con los periodistas afirmaba : «Una vez más el Papa no deja que la historia tenga lugar, sino que la dirige. Será también mérito de Christodoulos, pero vaya tenacidad la del Papa…».
Al concluir la visita del Papa, el jefe de la Iglesia ortodoxa ha viajado a Moscú para encontrarse con el patriarca ortodoxo Alejo II. Por su parte, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, se encontraba de visita en el norte de Grecia en el mismo momento en que el obispo de Roma pisaba tierras griegas. El portavoz vaticano consideró que se trata de coincidencias. Ahora bien, consideró que estas casualidades servirán también para atraer la atención de todo el mundo ortodoxo sobre la visita papal.
Y ante la pregunta sobre la posibilidad de que, tras la peregrinación a Atenas, se haga más cercano el tan anhelado viaje de Juan Pablo II a Mosca, Navarro-Valls respondió con una sonrisa: «hablamos de eso dentro de dos meses».