JERUSALÉN, 14 mayo 2001 (ZENIT.org).- La Custodia de Tierra Santa, encomendada a los franciscanos, cuenta desde este año con un nuevo convento en el centro del barrio judío de Jerusalén para atender a los cristianos de lengua hebrea esparcidos por los diversos barrios de la ciudad santa.

Situado en la calle HaRav Kook, muy cerca de la Plaza de Sión, el convento está dedicado a los santos Simeón el Viejo, el que «esperaba el consuelo de Israel» (Lucas 2, 25) y a la profetisa Ana, «hija de Fanuel, de la tribu de Aser» (Lucas 2, 36), y fue bendecido por el custodio de Tierra Santa, Giovanni Battistelli, según informa el servicio de noticias de las comunidades religiosas IVICOM.

La planta baja del convento, donde dos franciscanos residen de forma permanente, se ha adaptado para acoger una sala de reuniones y una capilla, con capacidad para 80 personas, donde se celebra la eucaristía todos los días a las seis de la tarde.

El convento de los santos Simeón y Ana es un noble edificio del siglo XIX. Con anterioridad, fue consulado de Italia en Jerusalén, después hotel (The Lebanon Hotel) y, durante el protectorado ingles, sede del periódico «The Palestine Post», antecesor del actual «The Jerusalem Post».

Con éste son diez los conventos de la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén, la mayoría situados junto a lugares evangélicos sagrados, tras los de San Salvador, Santo Sepulcro, Monte Sión, Getsemaní, Flagelación, Terra Sancta College, Betfagé, Dominus Flevit y Beit Hanina.