La Santa Sede rehabilita al pensador italiano Antonio Rosmini

«Nota» aclaratoria de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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CIUDAD DEL VATICANO, 1 julio 2001 (ZENIT.org).- Con una «Nota» hecha pública el pasado 30 de junio, la Congregación para la Doctrina de la Fe, tras un amplio estudio, concluye que hoy día se pueden considerar superados «los motivos de preocupación y de dificultades doctrinales» de la obra del sacerdote italiano Antonio Rosmini.

«Cuarenta proposiciones» de este sacerdote filósofo y teólogo, que vivió entre 1797 y 1855, fueron condenadas por el decreto «Post obitum» del Santo Oficio en 1887. Ahora la Congregación para la Doctrina de la Fe explica que «el sentido de las proposiciones», tal y como fue entendido y sancionado por el decreto, no refleja la auténtica posición de Rosmini, sino más bien posibles «conclusiones» sacadas de la lectura de sus obras y propuestas en ocasiones por algunos de sus discípulos.

De este modo, la Iglesia pone punto final de manera solemne a una cuestión que ya había sido cerrada en la práctica desde hace décadas. De hecho, Juan Pablo II apoyó la introducción del proceso de beatificación de Antonio Rosmini a nivel diocesano. La causa fue concluida por el obispo de Novara, monseñor Renato Corti, el 21 de marzo de 1998, y ahora está siendo analizada por la Congregación vaticana para las Causas de los Santos.

El mismo Papa cita a Rosmini en su encíclica «Fides et ratio», presentándole como uno de los pensadores recientes en los que se realiza el fecundo encuentro entre saber filosófico y Palabra de Dios.

Rosmini fue fundador de dos congregaciones religiosas, el Instituto de la Caridad, cuyos miembros son conocidos como «rosminianos», y las Hermanas de la Divina Providencia.

En 1830 publicó su primer tratado filosófico, el «Nuevo ensayo sobre el origen de las ideas», al que le siguieron otros «Principios de la ciencia moral» (1831), «Filosofía del derecho» (1841-1843), «Teodicea» (1845), «Psicología» (1846-1848), «Teosofía» (1859-1874).

Comprometido diplomáticamente en el objetivo de conciliar las aspiraciones del Resurgimiento italiano –promotor de la unificación de Italia y que acabó confiscando los Estados Pontificios– con las posiciones del Papa Pío IX, trazó las líneas de una reforma política en sentido católico-liberal («Cinco plagas de la Iglesia», 1848; «Constitución según la justicia social», 1848). Los dos volúmenes fueron incluidos en el «Índice» de libros prohibidos en 1849.

La «Nota» oficial, publicada por el cardenal Joseph Ratzinger y por el arzobispo Tarcisio Bertone, respectivamente prefecto y secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aclara que hoy día siguen siendo válidas las afirmaciones del decreto «Pos obitum». Ahora bien, la condena no se aplica directamente a las obras del sacerdote italiano.

El documento vaticano explica que en 1887, 32 años después de la muerte del sacerdote, la Iglesia intervino para condenar exageraciones de algunos de sus discípulos que exponían tesis atribuyéndolas a Rosmini, a pesar de que en realidad no correspondían a su pensamiento.

«Las proposiciones condenadas están tomadas en su mayoría de obras póstumas del autor, cuya publicación carecía de todo aparato crítico capaz de explicar el sentido preciso de las expresiones y de los conceptos usados en ellas –explican Ratzinger y Bertone–. Esto favoreció una interpretación heterodoxa del pensamiento rosminiano».

La «Nota» reconoce que estos problemas de interpretación fueron quizá favorecidos por «la empresa especulativa e intelectual» de Rosmini, que se caracteriza «por una gran audacia y valentía, que en ocasiones tiene una osadía arriesgada», en particular, cuando reflexiona sobre la doctrina católica y los desafíos del pensamiento moderno.

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ZENIT Staff

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