AMBON, 20 noviembre 2001 (ZENIT.org).- El conflicto entre musulmanes y cristianos en el archipiélago de las Molucas parecía haberse aplacado en los dos últimos meses, tras dos años de masacres. Pero desde hace una semana se han iniciado nuevas represalias contra las comunidades cristianas, presentes especialmente en Ambon.
El fin de semana pasado se encontraron los cuerpos sin vida de dos fieles, recuperados en el barrio de Mardika y en Wailela. Lo ha revelado la agencia Misna citando fuentes del Centro de crisis de la diócesis católica en la capital de las Molucas.
Según fuentes de la agencia Fides, el 1 de noviembre, una milicia musulmana armada formada por cientos de personas asaltó la aldea de mayoría cristiana de Waimulang, asesinando a 4 personas y tomando como rehenes a 13 militares. Los milicianos destruyeron al menos 350 casas y más de mil residentes huyeron a la selva para salvarse.
Pero la tensión está destinada a aumentar. La localidad en la que se alza la misión «Gonzalo Veloso», dirigida por los misioneros del Sagrado Corazón de Ambon, es teatro de disparos nocturnos entre guerrilleros islámicos que se han adherido a la «guerra santa», por una parte, y los militares y policías por otra.
El objetivo de los musulmanes es ocupar el conjunto de la misión, situado en la periferia de Karang Panjang, para hacer de él su proprio cuartel general.
La estructura ya había sido asaltada por parte de los extremistas el 12 de junio pasado. Los agresores habían lanzado varias bombas, intentando dar fuego a la capilla y a otros locales provocando diversas víctimas.
Los líderes religiosos de las Iglesias cristianas locales han expresado su intensa preocupación a las autoridades políticas. Los líderes cristianos han enviado un documento para urgir al responsable de la gestión del estado de emergencia y los vértices del Ejército y Policía a que se restablezca el orden en los lugares de los incidentes.
Los choques entre musulmanes y cristianos en las Molucas se remontan al 19 de enero de 1999 cuando en la capital estalló una simple disputa entre inmigrantes y habitantes locales. Desde entonces, la situación ha degenerado, provocando asaltos en masa, homicidios y repetidos atentados. Según las últimas estimaciones, se cuentan cerca de 13.500 víctimas.