El diálogo entre culturas y religiones, desafío del momento; según el Papa

Mensaje a un Congreso sobre el argumento celebrado en Chipre

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CIUDAD DEL VATICANO, 11 marzo 2002 (ZENIT.org).- El diálogo entre las religiones y culturas es el desafío del momento, constata Juan Pablo II en un mensaje enviado a un congreso sobre el argumento organizado en Nicosia (Chipre)

El Congreso es convocado por la Fundación cultural «Archangelos» del Monasterio ortodoxo de Kykkos, fundado a finales del siglo XI por el emperador bizantino Alexios I Komnenos (1081-1118), en colaboración con el Departamento de Comunicaciones y Medios de Comunicación, Sección Cultural, de la Universidad Panteion de Atenas.

El diálogo entre culturas y religiones, explica el Papa en su misiva, enviada al nuncio apostólico en Chipre, monseñor Pietro Sambi, quien ha intervenido en el encuentro, «implica el desafío de promover caminos concretos para aumentar el entendimiento entre pueblos, y constituye la base sobre la que podemos afrontar muchos de los problemas que pesan sobre la familia humana a inicios de este milenio».

«La tiranía de injusticia, egoísmo y prejuicio sólo puede ser derrotados por el resurgimiento del espíritu humano de amplios horizontes en los corazones de cada uno y en la relación entre los pueblos del mundo», subraya el Santo Padre.

Por este motivo, confiesa, «pido de todo corazón que el encuentro de Nicosia muestre que no puede haber una base, ni teórica ni prácticamente, para ningún tipo de discriminación entre individuos e individuos o entre pueblos y pueblos, pues todos ellos comparten la misma dignidad y los mismos derechos que se derivan de ella».

«En Asís, la ciudad de san Francisco, muchos líderes religioso del mundo se reunieron el 24 de enero pasado para rezar por la paz y para comprometerse ellos mismos a servir la causa de la paz –afirma la carta pontificia–. Desearon mostrar que la creencia religiosa genuina es una inagotable fuente de mutuo respeto y armonía entre los pueblos; de hecho es el principal antídoto a la violencia y al conflicto».

Aquel acontecimiento, así como el encuentro interreligioso organizado en diciembre por el patriarca ecuménico de Constantinopola, Bartolomé I, en Bruselas, son «signos de auténtica esperanza», dice el sucesor de Pedro.

«Confío en que el actual encuentro de Chipre promueva aún más el diálogo entre religiones y culturas como parte esencial de la búsqueda de paz en el mundo», concluye, asegurando el compromiso de la iglesia católica a favor de esta causa.

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ZENIT Staff

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