Con motivo de la ceremonia, el patriarca regaló al jefe de la FSB (ex KGB), Nikolai Patrushev, un icono de su santo, san Nicolás.

Es muy importante que esta Iglesia se encuentre en el territorio de una institución en el que sus colaboradores «hacen un servicio difícil para proteger el Estado ruso», subrayó Patrushev, en declaraciones citadas por la agencia de noticias Ria-Novosti.

Alejo II felicitó a la FSB por haberse dotado de su propia iglesia, siguiendo el ejemplo de los ministerios de Interior y Defensa.