CIUDAD DE MÉXICO, 18 marzo 2002 (ZENIT.org).- Cincuenta mil laicos de Juventud y Familia Misionera dedicarán sus vacaciones de Semana Santa este año a participar en misiones populares a favor de poblaciones rurales e indígenas en la República Mexicana.

La «Megamisión», como es comúnmente conocida, según explican los organizadoras en su página web [http://www.demisiones.com], tendrá lugar del 23 al 31 de marzo y será inaugurada con una misa de envío que tiene su punto de partida en seis regiones de México.

La eucaristía más concurrida se celebrará en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, presidida por el nuncio apostólico en México, el arzobispo Giuseppe Bertello, el sábado 23 de marzo.

Siete mil de estos misioneros vivirán esta semana consagrada a la evangelización en familia (padres acompañados de sus hijos, en ocasiones todavía pequeños). La mayor parte de los evangelizadores son jóvenes o catequistas de comunidades rurales.

Todos ellos se han puesto a plena disposición de los párrocos y de los obispos para ser enviados a los lugares más abandonados durante esos días, gesto con el que quieren culminar su camino espiritual de Cuaresma.

Juventud y Familia Misionera, asociación que también organiza misiones en Brasil, Chile, Venezuela, El Salvador, España, Italia y Estados Unidos, ha convocado a 88.800 mil jóvenes, 7.600 familias, ha capacitado a 45.000 catequistas y a 600 misioneros autóctonos especialmente en comunidades indígenas de México y de otros países de América Latina.

La asociación tomó cuerpo en 1993, en respuesta al llamamiento que hizo Juan Pablo II, durante la Jornada Mundial de la Juventud de Denver, a los jóvenes a salir a las calles y a sus ambientes para convertirse en misioneros.

Los misioneros al llegar a los pueblos son reconocibles por la cruz al pecho. Visitan las casas con Biblias, catecismos, guías litúrgicas, estampas, etc. Ofrecen también catequesis para niños, jóvenes, adultos, y animan las celebraciones litúrgicas.

Para que la experiencia no se quede en una simple semana de misión, se concentran en la capacitación de misioneros autóctonos de comunidades indígenas para que puedan continuar su labor.

Si bien, las misiones tienen un abierto carácter evangelizador, suponen también un impulso decisivo para el desarrollo integral de estas comunidades rurales. Los médicos de Juventud y Familia Misionera, por ejemplo, han ofrecido desde 1996, cuando tuvo lugar la primer misión médica en Michoacán, más de 34.000 consultas médicas y más de 315 intervenciones quirúrgicas gratuitas.

Actualmente Juventud Misionera, Familia Misionera y Misiones Médicas están presentes en Estados Unidos, México, Cuba, El Salvador, Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Argentina, Irlanda, Alemania, Francia, España, Italia, Polonia y Hungría.

Hasta la fecha, estos misioneros han visitado más de 7.000 localidades en 16 países y han llamado a la puerta de más de cinco millones de hogares para predicar el Evangelio.

Más información en http://www.demisiones.com.