BUENOS AIRES, 26 marzo 2002 (ZENIT.org).- En plena crisis económica, el Gobierno argentino considera que un incentivo de recuperación puede ser la promoción del turismo religioso.
Por este motivo, el lunes 25 de marzo, el secretario de Turismo y Deportes de la Nación, Daniel Scioli, y el obispo de Avellaneda-Lanús y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones y Turismo, monseñor Rubén Frassia, firmaron un convenio de coparticipación para el desarrollo del turismo religioso en el país.
Durante el acto, el prelado destacó la importancia del acuerdo y de la incorporación del turismo religioso a la habitual oferta en este campo. «No se nos escapa la notoriedad de un fenómeno muy actual como la movilidad humana –afirmó monseñor Scioli–. En las dificultades que atravesamos como país, esto puede ser algo trascendente, porque nosotros tenemos que empezar a valorar nuestra historia, nuestra cultura, nuestra identidad, nuestras propias originalidades».
El secretario nacional para la Pastoral del Turismo, el doctor Horacio Burbridge, explicó qué es lo que se entiende por «turismo religioso»: «la oferta de viajes dirigida especialmente a turistas animados por un espíritu de veneración, cuyos destinos son principalmente los lugares de culto y arte sagrado. En el mundo mueve millones de turistas”, como en España e Italia, pero aún le falta organización en la Argentina.
Burbridge mencionó seis rutas turísticas religiosas argentina de interés histórico, artístico, cultural, y ecológico:
1) Circuito por las estancias jesuíticas de la provincia de Córdoba (266 kilómetros).
2) Recorrido los pasos del Cura Brochero, en la región serrana de Traslasierra, en Córdoba (500 kilómetros que evocan los lugares de agrestes paisajes donde el sacerdote desarrolló su accionar pastoral).
3) Ruta por los caminos jesuíticos guaraníes (306 kilómetros en la provincia de Misiones).
4) Misiones fueguinas para admirar la obra de monseñor Fagnano y la misión de indios onas de fines del siglo XIX (692 kilómetros)
5) Circuito por las tierras de la Virgen del Valle, en Catamarca, incluyendo su santuario con el estupendo camarín que atesora la imagen original hallada en 1620.
6) Ruta por las antiguas capillas de la costa y del adobe, el más extenso (960 kilómetros) y que abarca La Rioja y Catamarca.