Nigeria: Catorce católicos mueren al ser rociados con gas mientras rezaban

El obispo anuncia que creará una comisión paralela de investigación

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LAGOS, 27 marzo 2002 (ZENIT.org).- Representantes de la Iglesia católica en Nigeria han manifestado que crearán su propia comisión de investigación sobre la muerte de catorce fieles en el Centro de Adoración del padre Ejike Mbaka, en Enugu, el 7 de marzo pasado.

Las víctimas fueron rociadas por un gas venenoso en el lugar donde rezaban. Varios centenares de personas que rezaban con ellas tuvieron que ser hospitalizadas, informa el diario «Vanguard» de Lagos.

El obispo de la diócesis de Enugu, monseñor Anthony Gbuji hizo saber la decisión de abrir una investigación paralela al recibir la visita del ministro del Estado de Enugu para Asuntos Exteriores, Dubem Onyia, que le expresó sus condolencias el pasado jueves.

Onyia, que se encontró privadamente con el obispo, antes de la presentación pública de su carta de pésame, confirmó luego que monseñor Gbuji le manifestó la intención de la Iglesia de crear una comisión de investigación paralela a la del Gobierno del estado de Enugu.

Se sospecha, según expresó al diario nigeriano el organizador de la oración semanal en el Colegio Técnico de Gobierno (GTC), que las víctimas murieron por un gas venenoso rociado por agentes gubernamentales que los estaban espiando.

El padre Ejike Mbaka, párroco de la iglesia de Cristo Rey de Enugu declaró a la prensa que el gobierno del Estado estaba detrás de él debido a su denuncia de «las malas acciones del gobierno».

El padre Mbaka, sin embargo, dijo a sus fieles que permanecieran firmes: «Me ofrezco a mí mismo para ser arrestado. El acoso al vicario general, padre Obiora Ike, y la amenaza de arrestar incluso al obispo debe acabar. No temo morir porque matarán mi carne pero mi espíritu vivirá».

Mientras tanto, el vicario general de la diócesis, el padre Obiora Ike, ha sido liberado bajo fianza por la policía. Había sido encerrado en una celda con criminales porque, según la policía, distribuyó una declaración sobre la muerte de los catorce fieles en la iglesia de Cristo Rey.

Se le ha prohibido conceder entrevistas a la prensa, se le ha secuestrado el pasaporte y se le ha pedido que se presente tres veces a la semana ante las autoridades del Estado.

«Esperamos el resultado de las dos comisiones de encuesta. Sólo cuando conozcamos la causa de la muertes podremos hacer algo significativo. La muerte de los 14 fieles es lamentable, especialmente porque ocurrió cuando la gente esta rezando a Dios», dijo al diario «Vanguard» el padre Mbaka.

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ZENIT Staff

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