Así es el caso de Peter Ziad: ingeniero de profesión, forma parte de una familia de palestinos católicos que jamás ha abandonado su propia tierra, informa Cáritas [ http://www.caritas.es ]. La reciente invasión ha ocasionado importantes daños en la casa familiar y ha perdido sus herramientas de trabajo y su propio negocio. Sin embargo, aunque existe la perspectiva de ofertas laborales lejos de su tierra, quiere quedarse y volver a empezar.
El Programa de Créditos de Cáritas Jerusalén, del que se han beneficiado en los últimos años más de 300 familias palestinas, es la ayuda con la que cuenta ahora: «Lo que deseo –afirma Peter Ziad– es tener una oportunidad para volver a levantarme por mi propio pié y ponerme a trabajar. Sólo así podré casarme en Ramalá y formar una familia en el mismo lugar donde mis padres me criaron a mí».