LOS ÁNGELES, 3 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Aplaudida por su sobrio diseño, la colosal catedral de Los Angeles fue consagrada este lunes con una solemne ceremonia que reflejó la diversidad de la mayor comunidad católica de Estados Unidos.

Más de 550 sacerdotes, obispos y cardenales participaron en la consagración del templo católico, el mayor de Estados Unidos y tercero en tamaño del mundo.

Tras seis años de proyecto y obras, el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles, encabezó una multitudinaria procesión para consagrar el altar de mármol rojo de un templo que ha costado casi 200 millones de dólares y que pretende dar unidad a la zona centro de la deslavazada ciudad californiana.

«Bienvenidos», dijo el cardenal Mahony a las 3.000 personas que llenaron la nueva catedral durante una misa de tres horas en la que se escuchó el Himno a la Alegría de Beethoven y música de tambores africanos y escoceses, mientras niños desfilaban con trajes tradicionales mexicanos.

El Papa Juan Pablo II, quien envió un mensaje que fue leído durante la ceremonia, constató que la catedral representa la diversidad de la ciudad de Los Angeles.

Entre los asistentes se encontraban, entre otros, el arquitecto español Rafael Moneo, autor del proyecto, así como el arquietcto Robert Graham, que ha diseñado las puertas de bronce de 25 toneladas, junto a su esposa, la actriz Angelica Huston.

El templo se levanta junto a una de las principales arterias de la ciudad, la autopista 101, cerca del nuevo palacio de la música diseñado por Frank Gehry y del Museo de Arte Contemporáneo del japonés Arata Isozaki, en un área de negocios sin edificios cívicos que en horas nocturnas queda generalmente despoblada.

La catedral es la reinterpretación que ha realizado Moneo de las antiguas misiones españolas de California, que aúna altos techos con muros de hormigón y tapices con figuras de 135 santos junto a esquinas que huyen del ángulo recto. La procesión llevó a través del templo las reliquias de varios santos, entre ellas las de Fray Junípero Serra, el fraile franciscano que fundó las primeras misiones de California.

El diario «Los Angeles Times» destacó el «austero misticismo» y «la inesperada calidez interior» de la catedral, que considera muestra de «una destacable inteligencia arquitectónica».

El cardenal Mahony señaló que no puede estar más contento con el resultado final que «ha roto los moldes».

Moneo explicó que se trata de «un edificio complejo, en un área de 300 por 150 metros, con un diseño que arranca de las condiciones urbanísticas y respeta aspectos de la arquitectura religiosa».

«Se ha mantenido la planta cruciforme que ha servido como santo y seña este tipo de templos», dijo, y agregó que «el manejo de la luz es importante; los muros son fuentes de luz con ventanas de alabastro».

Todo en el edificio de Moneo es colosal: pesa 56.000 toneladas y ocupa un área de 22.300 metros cuadrados, de la que el edificio supone 5.300.