SANTO DOMINGO, 5 septiembre 2002 (ZENIT.org).- La preocupante situación de la vida y la familia en Estados Unidos y Canadá fue analizada por un encuentro de obispos del continente americano celebrado del 2 al 4 de septiembre en la capital de la República Dominicana.
El informe de la «situación de la familia y vida en los Estados Unidos» fue ofrecido por el obispo William S. Skylstad, vicepresidente la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.
En su ponencia, el obispo norteamericano, destacó las grandes oportunidades y desafíos que se presentan a la familia en la sociedad norteamericana diversa y pluralista.
Denunció que al año tienen lugar en el país mas de 1.2 millones de abortos. Asimismo, constató que muchas familias –sobre todo las emigrantes– sufren pobreza.
Constató también que hay grupos que ejercen fuertes presiones para que sean considerados como matrimonio las parejas de un mismo sexo y, aún que adopten niños.
Ahora bien, recordó que el Congreso de Estados Unidos ha declarado que la ley sólo reconoce como matrimonio «la unión de un hombre y una mujer».
Otro de los fenómenos constatados por monseñor Skylstad es el del crecimiento de las mujeres y padres solteros, así como el aumento de familias en las que los dos padres trabajan fuera del hogar.
«Cerca de 39 millones de norteamericanos no tienen seguros de salud, incluso 8.5 millones de niños», denunció.
Sin embargo, el prelado consideró que existen reales signos de esperanza, constituidos sobre todo por los servicios eclesiales a la familia y los esfuerzos para una legislación a favor de la familia y de la vida, cada vez más numerosos.
La situación de Canadá fue presentada por el obispo Jacques Berthelet, presidente de la Conferencia Episcopal de Canadá, sobre «situación de la legislación, familia y vida en Canadá».
Destacó varios puntos: «Desde hace 6 años la Conferencia Episcopal de Canadá a respondido a esta realidad, a través de la Organización para la Vida y la Familia (COLP),que creó junto a los caballeros de Colón, con la finalidad de promover el respeto de la vida humana y la dignidad y el rol de la familia».
Canadá no ha legalizado el aborto, pero no hay una ley que lo prohíba. Se espera desde 1993 una legislación sobre las tecnologías genéticas y reproductivas. Uno de los trabajos de la Organización ha sido promover una legislación adecuada a la dignidad de las personas y de la familia. Tampoco está permitida la eutanasia, ni el suicidio asistido, ni la pena de muerte».
Tras la revolución sexual, añadió el prelado, se cuestiona en Canadá la definición del matrimonio para reconocer como tal las uniones de parejas del mismo sexo y las uniones libres. Pero se mantiene a nivel legal la definición de matrimonio como «la unión voluntaria de por vida de un hombre y una mujer», concluyó.
El encuentro de representantes de los episcopados de América ha sido promovida por el Pontificio Consejo para la Familia, la Comisión Pontificia para América Latina, y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Tras el estudio de las legislaciones sobre la familia y la vida en el continente americano, los obispos pretenden hacer presión ante sus gobernantes y legisladores en defensa de estas dos realidades.