CIUDAD DEL VATICANO, 12 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha escrito un telegrama con motivo de los funerales de la condesa Karolina Lanckoronska, historiadora del arte que sobrevivió a la prisión nazi y que después destinó su fortuna familiar a promover el estudio de la historia polaca. Murió en Roma el 25 de agosto a los 104 años.
El mensaje fue leído este jueves durante el rito celebrado en la ciudad en la que era catedrática antes de la segunda guerra mundial, Lvov (Ucrania), por el arzobispo de la comunidad católica de rito latino, el cardenal Marian Jaworski.
En su telegrama el Papa explica que la difunta, amiga suya personal, que vivió en tres siglos, unió en cierto sentido a su destino las diferentes vicisitudes de la historia de Europa, y de Polonia en particular.
Nacida en Viena en 1989, vivía dedicada a la investigación y enseñanza de la historiadora del arte italiano antes del estallido de la segunda guerra mundial. En 1942 fue apresada por los alemanes, y encerrada en la cárcel por haberse negado a cooperar con las autoridades nazis.
Tras su liberación, en 1945, creó una Fundación en Roma destinada al estudio de la historia polaca.
El pontífice, en su mensaje, destaca, además, la labor de la condesa a favor de los oprimidos y necesitados.
Según el obispo de Roma, tres motivos explican la valentía de Karolina Lanckoronska: la inquebrantable fe en Dios, el amor desinteresado a la patria, y la convicción personal de que la fuerza del hombre procede del espíritu que se forma en contacto con la cultura, entendido en sentido amplio.
En el telegrama, el Papa recuerda el último encuentro que tuvo con la difunta, en el día en que cumplió 100 años, cuando le entregó la condecoración de la Orden de San Gregorio para expresar al menos de este modo –escribe el Papa– reconocimiento y gratitud por su obra al servicio de la Iglesia y Polonia.