MOSCÚ, 13 septiembre 2002 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia de Religiosos católicos de Rusia ha hecho público el miedo que experimentan los sacerdotes extranjeros a ser expulsados del país.
Pero lo peor, confiesa el padre Mariano José Sedano, religioso claretiano de nacionalidad española, es que estas expulsiones tienen lugar sin explicación alguna.
El padre Sedano, presidente de la Conferencia de Religiosos de Rusia y profesor en el Seminario de San Petersburgo insiste: «lo peor de todo es el hermetismo que envuelve todo esto y que nadie da razón de las causas que han motivado las expulsiones».
«Aquí nadie del Gobierno dice nada», comenta el padre Sedano en declaraciones publicadas por el servicio de información de las comunidades religiosas en España, IVICON.
«Entre los últimos expulsados –aclara–, llama la atención el que uno de ellos tuviera incluso permiso de residencia, que es lo máximo a lo que puede aspirar un extranjero en Rusia, y que la tienen contadísimos sacerdotes y religiosos (prácticamente sólo los llegados a primera hora a Rusia hace diez años)».
Por eso, «ya ni el permiso de residencia te libra de una posible expulsión, si estás en el punto de mira de quién sabe quién», se lamenta Sedano.
Fuentes religiosas españolas han podido saber que los sacerdotes y religiosos franceses y españoles presentes en Rusia tendrían un trato más favorable que los misioneros polacos, por ejemplo, y mayores garantías de no ser expulsados del país.
En cualquier caso, estas expulsiones «van en detrimento de los derechos de los católicos rusos a contar con sus propios pastores», declara el padre Sedano.