Cumbre mundial en Roma de Ayuda a la Iglesia Necesitada

Asociación de ayuda a comunidades cristianas en grandes dificultades

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ROMA, 25 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Con una invitación al anuncio del Evangelio en todos los rincones del planeta, a pesar de la falta de recursos, el cardenal Darío Castrillón aleccionó este miércoles la labor de Ayuda a la Iglesia Necesitada, asociación comprometida sobre todo en la ayuda de comunidades cristianas en grandes necesidades.

«El Señor nos ha prometido que no nos faltará el pan cotidiano», aseguró el prefecto de la Congregación vaticana para el Clero ante los directores de las dieciséis secciones nacionales y de los asistentes eclesiásticos de esta asociación eclesial, reunidos en Roma del 23 al 26 de septiembre.

En el encuentro participa el fundador de esta institución de ayuda surgida en 1947, el padre Werenfried van Straaten que cumplirá los 90 años el próximo mes de enero.

En 2001, Ayuda a la Iglesia Necesitada, que recibe donativos de privados (no de Gobiernos), ha recogido unos 80 millones de euros, y los ha invertido en 6.700 proyectos en 134 países.

«Prestamos una atención particular a los países ex comunistas: formación de los religiosos, construcción de seminarios, iglesias y casas parroquiales, apoyo a los medios de comunicación católicos, publicación de la Biblia», ha explicado la secretaria general, Antonia Willemsen, en declaraciones publicadas por el servicio de información de la Conferencia Episcopal Italiana.

«En Rusia, tenemos buenas relaciones con muchos obispos ortodoxos y con el metropolita Kirill del patriarcado de Moscú. La Iglesia ortodoxa no es un monolito; la presencia de diferentes sensibilidades y perspectivas permite instaurar relaciones de conocimiento, diálogo y colaboración entre católicos y ortodoxos», añade.

«Nuestro objetivo es la reconciliación, por este motivo apoyamos también la formación de algunos sacerdotes ortodoxos y la construcción de lugares de culto, así como dos «proyectos ecuménicos»: una radio y la constitución de una biblioteca gestionada por católicos y ortodoxos».

Para Herbert Rechberger, director de la sección austríaca, que cuenta hoy con 45 mil benefactores, es urgente sensibilizar a las nuevas generaciones, que se muestran más dispuestas a apoyar «iniciativas de trasfondo social y no actividades pastorales».

La responsable de la sección canadiense, Marie-Claude Lalonde, reconoce en este sentido la dificultad de involucrar a los jóvenes: «La facilidad con la que podemos vivir y expresar nuestra fe no nos ayuda a darnos cuenta de los sufrimientos y opresiones que sufren tantos católicos en el mundo».

Actualmente Ayuda a la Iglesia Necesitada en Canadá, que cuenta con 15 mil bienhechores, participa en la reconstrucción de dos iglesias destruidas en Cuba y sostiene económicamente el seminario de La Habana.

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ZENIT Staff

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