En la misiva, enviada a los sacerdotes de la arquidiócesis por fax desde Roma el 24 de septiembre, monseñor Storni aclara que su renuncia «de ninguna manera, significa que reconozca culpas ni acepte acusaciones».
«Todo lo contrario --añade--. En paz con mi conciencia, rechazo todo cargo. Sabiendo que nadie ni nada --ni mi misma conciencia-- puede juzgarme. Mi juez es el Señor».
Monseñor Storni se convirtió en el centro de una serie de ataques de medios de comunicación que le acusan de haber acosado sexualmente a seminaristas en 1994.
«Ante la maquinación imparable contra personas e instituciones arquidiocesanas, la perplejidad abarca a todos, en todos los niveles. Nadie sabe qué hacer. Ni siquiera aquí», afirma el arzobispo.
«Orando, he venido a concluir que solamente yo, como pastor, he de asumir el momento tan grave y romper este círculo infernal. Me adelanto así a cualquiera otra intervención, que podría empeorar aún más la situación», concluye.
Juan Pablo II no ha aceptado todavía la renuncia.
ÚLTIMAS NOTICIAS
Sep 26, 2002 00:00