WASHINGTON, 27 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Insistiendo en la postura de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo de Washington, ha exhortado a los legisladores a evitar una guerra contra Irak a menos que la vida norteamericana estuviera en peligro inmediato.
En las declaraciones recogidas en la última edición de Catholic Standard el prelado señaló que una guerra defensiva bajo ciertas circunstancias está permitida.
«Analizando la cuestión de Irak, supongo que si el presidente verdaderamente tiene la información de que nos encontramos en peligro próximo real respecto a Irak, entonces podría haber razones. No creo que los obispos perciban que aún haya justificación», añadió el purpurado.
«Es por ello por lo que decimos que se vaya despacio –aclaró–, que se intente ver con exactitud cuál es la situación antes de hacer algo que deberíamos decir que no sería moral».
Incluso en el contexto de una guerra defensiva –siguió explicando el cardenal McCarrick– existen ciertas reglas que un país debe seguir, tales como la proporcionalidad de medios y evitar bajas civiles.
Añadió que un «primer ataque» sería extremadamente difícil de justificar en ausencia de circunstancias tales como un claro conocimiento de armas biológicas.
«Creo que lo que los obispos esperan es que a medida que el presidente y el Congreso traten este tema, nosotros podamos tener la oportunidad de sopesarlo con valores morales, cosa que también ellos deberían considerar», concluye el arzobispo de Washington.