Obispos alemanes adoptan directivas sobre abusos sexuales

La situación no es comparable a la de Estados Unidos, aclaran

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FULDA, 27 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Este jueves concluyó en Fulda la asamblea plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal Alemana en la que se adoptaron por unanimidad 16 directivas sobre el tema de abusos sexuales provocados por sacerdotes.

Con estas directivas, definidas como «un procedimiento común para todas las diócesis», los obispos se sienten «convencidos» de alcanzar así una «mayor objetividad y trasparencia ante cada caso en particular».

Además, los 68 obispos del país consideran que las directivas servirán para «volver a ganar la confianza y la credibilidad».

«Cada caso es un escándalo», subrayó el presidente de la Conferencia, el cardenal Karl Lehmann, obispo de Maguncia, en una rueda de prensa concedida este viernes, aclarando sin embargo que la Iglesia en Alemania ha quedado mucho menos tocada por este fenómeno que la de Estados Unidos.

En los últimos 30 años, según fuentes de la Conferencia Episcopal, se han dado denuncias por 47 asuntos de pederastia atribuidos a sacerdotes. El número es muy relativo, pues el número de sacerdotes en el país gira en torno a los 19.000.

«A causa de la falta de conocimiento sobre los asuntos de abusos sexuales sobre menores, con frecuencia se ha reaccionado de manera inapropiada», reconocen los obispos en su documento. «Dirigiéndonos a las víctimas, lo sentimos profundamente», añaden.

«Intervenir en el caso de sacerdotes pederastas es con frecuencia difícil, pues muchos de ellos niegan los hechos. Además, con frecuencia ni siquiera se sienten culpables. La pederastia es una enfermedad, ahora bien, controlable», consideró el cardenal Lehmann.

Según las 16 directivas, un sacerdote puede ser suspendido del ejercicio del ministerio sacerdotal en caso de dudas confirmadas.

En regla general, los culpables deben ser invitados a denunciarse a sí mismos ante la justicia. «En casos particularmente graves», el cardenal Lehmann no excluyó la posibilidad de que la Iglesia misma presente la denuncia.

Se creará en cada diócesis una persona encargada de estudiar inmediatamente toda acusación contra eclesiásticos. El nombramiento será realizado por el obispo.

Paralelamente a estas medidas, los obispos han anunciado que promoverán la prevención, prestando más atención a la formación humana y afectiva de los seminaristas durante su formación preparatoria al sacerdocio.

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ZENIT Staff

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