CIUDAD DEL VATICANO, 17 septiembre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha escrito un mensaje en el que alienta la oración de intercesión por las almas del Purgatorio, subrayando la necesidad de rezar por los difuntos.

En una misiva enviada a las Religiosas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, que están celebrando en Roma el capítulo general, el pontífice subraya la importancia del carisma de esta institución, que consiste en recordar la profunda comunión que existe entre los que viven y los fallecidos.

En particular, como recuerda el mensaje publicado este sábado por la Sala de Prensa de la Santa Sede, estas religiosas hacen hincapié en «el "sufragio" por las almas del purgatorio».

«La primera y más elevada forma de caridad por los hermanos es el deseo ardiente de su salvación eterna», explica el sucesor de Pedro.

«El amor cristiano no conoce fronteras y sobrepasa incluso los límites del espacio y del tiempo, permitiéndonos amar a quienes han dejado ya esta tierra», añade.

El obispo de Roma concluye invitando a las religiosas a ser «incansables y alegres anunciadoras de esperanza a la humanidad de nuestro tiempo, que con demasiada frecuencia parece oscurecida por violencias e injusticias, encerrada en horizontes meramente terrenales».

Las Religiosas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, fundadas por el beato italiano Francesco Faà di Bruno (1825-1888), son 210 religiosas y novicias, esparcidas en varios continentes.

La vida de las religiosas se resume en tres verbos: «rezar» (en unión con Cristo); «actuar» (a favor de los hombres, en especial los más débiles, pobres y marginados); «sufrir» (ofreciendo la vida por las almas del Purgatorio).