ROMA, 9 octubre 2002 (ZENIT.org).- La perspectiva de una guerra contra Irak es «terrible» y «la tragedia interminable que se está consumando en Tierra Santa» requiere la intervención urgente de los responsables políticos, afirman los obispos católicos de Europa.
El llamamiento fue hecho público al concluir la asamblea general del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) concluido este lunes en Sarajevo, Bosnia-Herzegovina.
«La guerra ha sido y será siempre una cosa horrible», recuerdan los obispos de Europa, demostrando «gran preocupación» por la situación internacional y en especial por la «terrible perspectiva de un conflicto armado con Irak» y por la «tragedia interminable que se está consumando en Tierra Santa».
«Los líderes en Europa y en el mundo tienen la seria obligación de proteger el bien común global contra cualquier amenaza a la paz a través de todos los medios no violentos a su disposición», dicen presidentes de las Conferencias episcopales en un comunicado.
«No hay verdadera paz sin justicia», añaden recordando palabras del Papa, y citando posibles violaciones de los «derechos humanos fundamentales» en algunas zonas como Bosnia y el Sudeste de Europa o Rusia, donde la Iglesia católica es «puesta a la prueba por las expulsiones no motivadas de un obispo y de varios sacerdotes».
Los líderes católicos europeos piden «solidaridad y colaboración más estrecha para defender el derecho a la libertad religiosa y para restablecer relaciones ecuménicas de confianza con la Iglesia Ortodoxa».