El documento lleva las firmas de monseñor Petrus Canisius Mandagi, obispo católico de Ambon (capital de las Molucas), de I. W. J. Hendriks, presidente de la «Gereja Protestan Maluku» («Iglesia protestante de las Molucas») y del líder religioso musulmán Uztad Hadji Abd. Wahab Polpoke.

«Enfrentamientos sociales, criminalidad y abusos de los derechos humanos --se lee en el comunicado enviado a la agencia misionera la agencia Misna-- han atormentado nuestra región durante cuatro años».

«A la luz de esta terrible experiencia --prosiguen los líderes religiosos-- queremos expresar nuestro parecer y nuestra preocupación por los últimos acontecimientos en el área del Golfo pérsico».

En el mensaje se dirigen al gobierno de Estados Unidos, a sus aliados y al ejecutivo iraquí, pidiendo a todos «detener toda acción orientada a llegar a la guerra, renovar el compromiso de diálogo, respetar siempre los derechos humanos» y finalmente «confiarse a las Naciones Unidas, como organismo de representación de todos los Estados, para hallar una solución justa y pacífica».

En el documento se recuerda ante todo que «Dios creó al hombre como su más preciosa criatura» y esta criatura debe aprender a «vivir con los demás en igualdad y armonía».

Las diferencias entre un ser humano y otro no deben ser motivo de oposición, sino que «pueden servir para establecer un contacto y un diálogo recíproco», observa el texto del comunicado.

Recordando que «toda nación sobre la tierra tiene derecho a vivir en paz y bienestar» y que «los Estados civilizados resuelven sus problemas a través del diálogo y no con la violencia», los líderes religiosos de las Molucas recalcan que «cualquier guerra y todo acto de violencia perjudican gravemente la humanidad, el medio ambiente y la civilización».