Dichos centros están plenamente equipados con reservas para varias semanas de alimentos básicos (galletas de alto contenido vitamínico y leche en polvo), equipos de potabilización de agua, generadores eléctricos y combustible, según han informado fuentes de la organización de ayuda de la Iglesia católica.
Según informaciones facilitadas este viernes por el personal de Cáritas en el terreno, en la zona de Bagdad han comenzado a registrarse movimientos de población, protagonizados por grupos familiares que abandonan sus domicilios para buscar refugio en iglesias y centros escolares.
Cáritas Irak, que ya había previsto esta posibilidad antes del inicio del conflicto, ha dotado de material de primera necesidad a todos los templos católicos del país, donde ahora se proporciona asistencia básica de emergencia a los ciudadanos iraquíes que buscan la seguridad de las iglesias ante el inicio de los bombardeos.
Cáritas Jordania, que actualmente es la única ONG jordana que presta ayuda humanitaria a los 300.000 refugiados iraquíes que ya se encontraban en este país antes del inicio de la guerra, está preparada para hacer frente a nuevos flujos de refugiados.
La Cáritas Jordana gestiona en estos momentos seis centros médicos –tres de ellos en la capital, Ammán– y varios centros escolares en los que estudian 400 niños.
Con objeto de acoger a los nuevos refugiados procedentes de Iraq, la Cáritas Jornada ha pedido a la Iglesia católica que ofrezca sus templos como lugares temporales de acogida para las personas desplazadas a causa de la guerra.
Desde Siria, el personal de la Cáritas local ha confirmado un incipiente flujo de refugiados procedentes de Iraq, mientras que en Turquía Cáritas no ha podido confirmar la evolución de la situación humanitaria, pues el Gobierno turco ha denegado el acceso a las regiones limítrofes con Iraq a todas las ONG presentes en la zona.