MONTERREY, 6 abril 2003 (ZENIT.org).- La arquidiócesis de Santiago utiliza los cibercafés y, en general, la promoción del acceso a las nuevas tecnologías, como un medio para que personas de sectores desfavorecidos puedan convertirse en protagonistas de su propio porvenir en la sociedad de la información.
Elisabet Juanola, de Barcelona, quien lleva nueve años trabajando en la Vicaría de la Zona Sur del arzobispado de Santiago, un sector que atiende a un millón de habitantes, se encuentra en primera línea en este compromiso.
«Hemos armado un grupo de Trabajo Pastoral de Comunión y Comunicación Interactiva con la intención de comprender la brecha digital –explica en esta entrevista concedida a Zenit–. A medida en que hemos avanzado, nos hemos ido dando cuenta de que tenemos que afrontar el reto de las comunicaciones, pero especialmente nos interesa el tema de los nuevos lenguajes».
«Lo que estamos haciendo en este momento es observar lo que ocurre en la zona –explica Juanola, pedagoga y periodista–. Para ello algunas parroquias o capillas han comenzado a crear pequeños talleres de informática, bibliotecas, centros de mujeres…, que se convierten en lugares privilegiados para escuchar sus inquietudes y acompañarlos».
«En este sentido –añade–, la iniciativa más avanzada es el Centro de Educación Humana Carlos Oviedo, que está en la Pintana (una comuna de elevado riesgo, delincuencia, drogadicción, falta de trabajo). Hemos creado un lugar en el que hay ordenadores, una muy buena conexión a Internet, y allí se ofrece continuamente capacitación y conexión a un precio prácticamente simbólico para que haya un mínimo de sustentabilidad».
«Quienes vienes forman parte de familias en las que los padres tienen una formación básica muy limitada, con desestructuraciones fuertes familiares, y grandes soledades —aclara–. Así hemos percibido urgentemente la necesidad de ofrecer un acompañamiento a estos núcleos familiares».
Para alcanzar este objetivo Elisabet Juanola informa que «este año queremos hacer un encuentro con convocatoria abierta a todo el que se siente de una o de otra manera educador, en particular a los padres de familia, recuperando de este modo su dignidad. Nuestros principales aliados en esta labor son los profesores de religión y de informática de los colegios. Gracias a ellos podemos llegar a personas muy distintas».
«Nuestra experiencia nos muestra que el acceso a las nuevas tecnologías puede convertirse de este modo un servicio a la persona en su conjunto, a su vida familiar, a su vida humana, y también espiritual», afirma.
«Al mismo tiempo, el contacto con los jóvenes nos permite que los adultos se den cuenta de su responsabilidad», aclara.
«Para alcanzar este objetivo –concluye–, en un primer momento pensamos que era indispensable ofrecer una capacitación a los agentes consagrados (sacerdotes, religiosas, etc.) de la zona. Por este motivo, organizamos cursos básicos sobre los programas informáticos más indispensables y de Internet para sensibilizar sobre las posibilidades y riesgos, propios del medio».
Para perseguir este objetivo se ha creado un boletín y la página web: http://www.vicariasur.cl.