MADRID, 1 abril 2003 (ZENIT.org).- La plataforma Hay alternativas entregó este martes más de 305.000 firmas en el Congreso de los Diputados –3.000 de ellas de científicos, investigadores y juristas– solicitando que los embriones congelados durante más de cinco años no sean empleados para investigaciones con células madre y que se autorice su adopción.

Se calcula que actualmente hay alrededor de 35.000 embriones congelados en España desde hace más de un lustro. Para ellos cabrían tres soluciones: su destrucción, su empleo para la investigación y su adopción. «Hay alternativas» aboga por la tercera vía, que no está contemplada aún en la legislación española.

Representantes de esta plataforma se reunieron, minutos después de la entrega de firmas, con los diputados José Eugenio Azpíroz, Blanca Fernández Capel y Ángel Pintado, del PP; con Jaime Lissavetzky, del PSOE, y con el parlamentario de CiU Manuel Silva.

Según el portavoz de «Hay alternativas», Rafael Rubio --profesor de Derecho Constitucional en la Universidad Complutense de Madrid--, se debe terminar con el «problema» de los embriones congelados y se debe «atajar» el numero cada vez mayor de embriones criogenizados.

Los miembros de la plataforma propusieron elaborar una legislación similar a la que rige en Alemania, donde se prohíbe la creación de más embriones de los que vayan a ser implantados en la mujer, evitando así la acumulación de los mismos. Además, abogan por potenciar la investigación de células madre adultas provenientes del cordón umbilical y de la placenta.

El diputado del PP José Eugenio Azpíroz se mostró favorable a la «adopción prenatal» (adopción de los embriones por parte de una pareja para ser implantado en la mujer) en lugar de su destrucción o su empleo como material de investigación. Según «Hay alternativas», ya se han dado casos de adopción prenatal en España, pero solicitan que la Administración potencie esta vía.

Sin embargo, según Jaime Lissavetzky --del PSOE--, su partido sí está dispuesto a permitir la investigación con embriones congelados sobrantes, ya que considera que no se debe contraponer esta línea de investigación con la de quienes proponen emplear sólo células madre adultas.

Silva, de CiU, reconoció que los embriones congelados «suponen un problema ético», y se manifestó a favor de la adopción prenatal.

El Comité asesor de «Hay Alternativas» está formado por 25 catedráticos, miembros de las Reales Academias Nacionales de Medicina y Farmacia, científicos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) e investigadores, y su fin es hacer llegar al gobierno sus puntos de vista respecto a la investigación con embriones humanos.

Según sus organizadores, la plataforma «agrupa a más de 3.000 expertos interesados en impulsar la investigación científica y desarrollar terapias y tratamientos médicos que no impliquen la destrucción de embriones humanos, así como informar a la opinión pública de los avances médicos alcanzados mediante la investigación basada en la utilización de células madre procedentes de tejidos adultos y del cordón umbilical y la placenta».