SINGAPUR, 3 abril 2003 (ZENIT.org - Fides).- El arzobispo de Singapur explicó recientemente la misión y la responsabilidad de las escuelas católicas en un Estado laico en la educación de las jóvenes generaciones en los valores del Evangelio.

La intervención de monseñor Noicholas Chia tuvo lugar ante representantes de congregaciones religiosas, laicos, profesores y presidentes de escuelas católicas de la capital, reunidos en la asamblea del Consejo Católico de Educación, organismo instituido en la archidiócesis hace cuatro años.

«Vuestro trabajo no es fácil –les dijo el prelado--. Dependéis de dos autoridades diferentes: la Iglesia y el Estado. Compartís la responsabilidad del arzobispo en lo referente a la instrucción humana y a la educación en la fe de todos los jóvenes».

Según el arzobispo de Singapur, en el marco legislativo de un Estado laico, el método de evangelización de una escuela católica es el de proponer --no imponer-- el Evangelio y sus valores: amor, fraternidad, paz, tolerancia, perdón, compasión y respeto recíproco.

«Las escuelas católicas –afirmó-- deben buscar la introducción de estos valores en el camino de formación escolar. Cuando se trata de religiones, de educación cívica y moral, la enseñanza no debe responder sólo a los deseos del Estado, sino que debe estar atenta a la misión de la Iglesia».

Además de recordar que las escuelas deben acoger a los estudiantes de cualquier religión y garantizar una educación de alta calidad, el prelado destacó que, según el Derecho Canónico, «la responsabilidad de todas las escuelas católicas situadas en el territorio de una diócesis es la de asegurar una educación católica a todos los jóvenes de los que son responsables».

Según el «Anuario Estadístico de la Iglesia Católica - 2002», en Singapur la Iglesia mantiene 10 centros de preescolar, 20 de estudios primarios y 15 de enseñanza secundaria. De aproximadamente 4 millones de habitantes, los católicos de Singapur son 160.000.

Las meditaciones del Via Crucis 2003, escritas por Juan Pablo II

CIUDAD DEL VATICANO, 3 abril 2003 (ZENIT.org).- Las meditaciones del Via Crucis de 2003 han sido escritas por el Papa, como ya hizo en el jubileo de 1983-84 –con motivo del 1950 aniversario de la Redención– y en el jubileo de 2000 –por el bimilenario del nacimiento de Cristo–, según un comunicado del maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, el obispo Piero Marini.