CIUDAD DEL VATICANO, 9 abril 2003 (ZENIT.org).- Dios, creador de todas las cosas y Señor del cosmos, está unido con cada hombre y mujer por una relación de amor, constata Juan Pablo II.
El Papa subrayó estas verdades fundamentales del mensaje bíblico al comentar el Salmo 134 en la audiencia general que concedió este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano a unos 15.000 peregrinos en una fría mañana.
«El lazo que existe entre nosotros y el Señor está marcado por el amor, la intimidad, la adhesión gozosa», subrayó al profundizar en esa composición poética de «aleluya» que el pueblo judío cantaba con motivo de la Pascua.
En su reflexión, que quiso «transformar en oración», el obispo de Roma profundizó en dos artículos de la fe de Israel que forman parte del credo cristiano.
Ante todo, recordó, Dios «es por excelencia el Señor del cosmos», pues como dice el Salmo, «El Señor todo lo que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra».
Ahora bien, explicó en segundo lugar, este Dios de prodigios, está junto al ser humano, como lo demuestra la historia de la salvación, y en particular las vicisitudes vividas por el pueblo de Israel.
Al concluir el comentario del Salmo, el Papa subrayó el fundamento mismo de la fe, expuesta en el primero de los diez mandamientos: «Dios es único», aclaró, pero sobre todo es «una persona que actúa y habla, ama y salva».