«Aún hay combates esporádicos en la periferia de la ciudad, debido a los grupos de resistencia. Ahora el problema más grave es el vacío legislativo que se ha creado –afirma el arzobispo–. Ya no hay policía, y se registran continuos saqueos. Bajo este punto de vista la situación es preocupante».
Hablando de la comunidad cristiana en Irak, monseñor Filoni explica que «vive la misma condición de todos los iraquíes».
Durante los 20 días de bombardeo muchas personas pobres, tanto cristianas como musulmanas se refugiaron en las iglesias y en los locales de las parroquias, informa el representante del Papa en el país.
«Toda la Iglesia iraquí permaneció aquí (en Irak) para dar contención y apoyo a las poblaciones tan duramente castigadas», concluye.