Ratzinger explica los principios de la autonomía de los católicos en política

Evitar la «»teologización» de la política» y la «»ideologización» de la religión»

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ROMA, 10 abril 2003 (ZENIT.org).- El compromiso de los católicos en política así como las relaciones Iglesia-Estado requieren evitar la «»teologización» de la política» así como la «»ideologización» de la religión», afirma el cardenal Joseph Ratzinger.

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe aclaró este miércoles en una mesa redonda, celebrada en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, las condiciones que permiten una recta y positiva comprensión de la laicidad.

El decano del Colegio de Cardenales comentó, junto a políticos italianos, intelectuales y teólogos, la «Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política» que publicó la Congregación vaticana de que es prefecto el 16 de enero de 2003.

«La justa profanidad de la política excluye la teocracia», explicó el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y añadió que en la «nota» vaticana se insiste en «la necesidad que tiene la política de alejar un concepto teocrático de la política por una parte, y por la otra excluir un positivismo que mutile la razón».

«La mutilación de la razón destruye la política», constató el cardenal bávaro, defendiendo que la política forma parte de la esfera de la razón común, que permite «conocer los grandes valores que determinan nuestras acciones».

La fe puede sanar una razón enferma, reconoció al mismo tiempo Ratzinger, pues «hay un cierto vínculo entre fe y razón: la fe puede iluminarla, sanarla cuando está enferma y ayudarla a ser ella misma».

Si sólo dominan los criterios materialistas, la razón se quedaría ciega ante los valores morales que se quedarían únicamente en la esfera del sujeto, subrayó el cardenal, indicando que «una mutilación así destruye la política y la convierte en mero instrumento condicionado por el más fuerte», en donde queda excluida la moral.

«Al mismo tiempo, los políticos creyentes pueden iluminar la discusión política con su comportamiento, testimoniando la fe como presencia real, contribuyendo de este modo con la razón en el gobierno de todo acto político», afirmó.

«Los imperativos morales que tiene el político católico son valores a defender siempre, incluso cuando la mayoría sea contraria a ellos», advirtió.

En la mesa redonda ofreció su saludo el prelado del Opus Dei, monseñor Javier Echevarría, quien definió la política como «un camino de santidad», como lo demuestra el ejemplo de santo Tomás Moro, patrón de los gobernantes y políticos.

En el encuentro intervinieron además el senador italiano Francesco Cossiga, ex presidente de Italia, y los profesores Giuseppe De Rita, Ernesto Galli della Loggia, Paolo del Debbio y el teólogo monseñor Ángel Rodríguez Luño.

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ZENIT Staff

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