Monseñor John H. Ricard, SSJ, obispo de Pensacola-Tallahassee, considera que estas personas (activistas de derechos humanos, periodistas, poetas, representantes sindicales), sólo causan temor entre los regímenes autoritarios.
«Deseamos que las autoridades cubanas reconozcan el error de estos actos injustos y dejen en libertad a estos prisioneros disidentes no violentos», añade monseñor Ricard.
Según el prelado, «muchos disidentes cubanos» han sido arrestados recientemente, acusados de actos «contra la independencia o la integridad territorial del Estado» o de recibir fondos de Estados Unidos o de grupos exiliados en ese país.
«Si bien no estamos en posición para juzgar los casos individuales, esos arrestos apuntan a la categoría de defensores de los derechos humanos y de la democracia, que sólo los regímenes autoritarios tienen motivos de temer», afirmó monseñor Ricard.
Asimismo, el prelado renovó el llamamiento de los obispos a levantar el embargo estadounidense contra Cuba.
«Cuando los ciudadanos estadounidenses puedan hacer comercio y viajar a Cuba, libres de las presentes restricciones, el intercambio abierto de ideas y de contactos interpersonales entre nuestros dos pueblos ayudará a crear un clima que promueva un auténtico debate y la defensa de los disidentes que hoy son castigados», dijo monseñor Ricard.
Las condenas fijadas a los disidentes cubanos suman 1.454 años de cárcel, calculó la no gubernamental Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHyRN) que entregó el jueves un informe definitivo con las sentencias distribuido por AP.
La CCDHyRN explica que la pena mínima fue de seis años, dictada a Reynaldo Labrada, y la máxima de 28, para Luis Enrique Ferrer.
Las más severas fueron para Omar Rodríguez Saludes (27 años), y Héctor Palacios y Oscar Elías Biscet (25 años cada uno). Martha Beatriz Roque y el escritor Raúl Rivero recibieron 20 años.
Según la CCDHyRN, en total 75 opositores fueron procesados en juicios iniciados el jueves y concluidos el lunes.
