El Papa, aclaró, convoca a «la Iglesia en España para asumir el compromiso nuevo de la evangelización de nuestro pueblo (…), ante los retos formidables de un futuro inmediato, lleno de incógnitas».
El arzobispo de Madrid invitó a los fieles a «ensanchar el alma y purificar el corazón con la caridad de Cristo, para que en nuestras actitudes y en nuestros gestos se reflejen bien la estima y el amor a la Iglesia universal y a su Pastor».
El prelado calificó la visita del Papa a Madrid como un «regalo pascual» y un «honor».
«El honor de ser llamados a prestar un servicio eminente a la edificación de la Iglesia de España en la unidad de la fe y en la comunión universal de la
caridad que preside el Romano Pontífice, el Vicario de Cristo en la tierra», dijo.
«Es el honor –prosiguió–, del servicio al Papa que llama a las Iglesias particulares de España para que muestren públicamente cómo de la Cruz Gloriosa de Jesucristo ha nacido y nace constantemente la Iglesia, un nuevo Pueblo».
El arzobispo de Madrid exhortó a los fieles a no desperdiciar «la gracia de la visita del Papa a Madrid» y a responder «al honor del servicio del amor fraterno que se nos pide con la generosa y proverbial apertura de los madrileños, acogiendo a nuestros hermanos sin ninguna reserva como nos lo dicta la sabiduría del corazón tocado por el amor del Señor tratando «al huésped como a Cristo»».