NUEVA YORK, 24 mayo 2003 (ZENIT.org).- El pasado septiembre fracasaron las negociaciones para alcanzar un tratado internacional con objeto de prohibir la clonación humana, y los países acordaron aplazar 12 meses la toma de una decisión. Costa Rica, sin embargo, recientemente ha hecho una nueva propuesta dirigida a renovar los esfuerzos para formular una prohibición.
Antes, en diciembre de 2001, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó una resolución, a propuesta de Francia y Alemania, invitando a las Naciones Unidas a comenzar un proceso que lograse un tratado obligatorio de prohibición de la clonación humana reproductiva.
La tarea fue asignada al Sexto Comité (6Com) del Secretariado de Naciones Unidas, que estableció un comité ad hoc que, a su vez, negociaría un mandato para un subsiguiente comité, que sería el que negociaría el tratado en sí mismo. El comité ad hoc para una Convención Internacional contra la Clonación Reproductiva de Seres Humanos se reunió por primera vez en febrero del 2002 para comenzar el proceso del tratado.
El progreso para lograr un tratado se vio obstaculizado debido al desacuerdo sobre la extensión de la prohibición. Una propuesta conjunta franco-alemana era favorable a un tratado que prohibiera la clonación reproductiva, pero permitiera la así llamada clonación terapéutica, con fines de investigación. La regulación de la clonación terapéutica sería considerada en otro tratado. Otro grupo de países, liderados por Estados Unidos y España, pedían un tratado que prohibiera tanto la clonación reproductiva como la terapéutica.
Elementos de la propuesta
El mes pasado, Costa Rica presentó a las Naciones Unidas una propuesta de prohibición de toda forma de clonación humana. El texto introductorio al documento dice que la propuesta es un intento de garantizar el respeto por la dignidad y los derechos fundamentales de los seres humanos, frente a las amenazas planteadas por los experimentos de clonación.
La propuesta de Costa Rica se compone de los siguientes elementos:
— una definición del crimen de clonación humana.
— un mandato obligando a las naciones a identificar este crimen y establecer un sistema legal que castigue a aquellos que tengan que ver con la clonación.
— Un requerimiento que obligue a las naciones a adoptar medios para prevenir la clonación, incluyendo regulaciones sobre experimentos que utilicen material genético humano.
— medidas pensadas para facilitar la cooperación internacional entre las autoridades judiciales y de policía.
La propuesta no toca cuestiones como el aborto, la investigación con células madre, o la fertilización in vitro. Ni intenta definir con exactitud qué es una persona humana, o cuándo comienza la vida humana.
Juan Pablo II alabó la propuesta de Costa Rica al llamar la atención sobre los problemas éticos relacionados con la clonación. El Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, envió un telegrama a los participantes en un reciente seminario en Costa Rica que se centró sobre la clonación y los derechos humanos, a la luz de un tratado internacional propuesto para prohibir la clonación. El cardenal Sodano afirmaba que el Papa deseaba manifestar su aprecio por los esfuerzos de los presentes en la clarificación de materias en un tema de tanta importancia.
Por qué una prohibición total
España y Estados Unidos han explicado su postura a favor de una prohibición total de la clonación humana. España propone sus argumentos en un memorándum que acompaña una petición de numerosos países presentada en un encuentro del 6Com el pasado 18 de octubre. La resolución pedía que las Naciones Unidas no dilataran el entrar en acción contra la clonación.
El texto español afirmaba que la clonación terapéutica es incompatible con la investigación científica legal y segura, dado que implica experimentar con embriones humanos. La Convención Europea sobre Derechos Humanos y Biotecnología (La Convención de Oviedo), ratificada en 1999 por algunos países, prohíbe específicamente la creación de embriones humanos con fines de experimentación.
Cualquier tratado que simplemente prohibiera la clonación reproductiva carecería de un sólido fundamento jurídico, dado que la clonación técnica tanto para fines reproductivos como terapéuticos es esencialmente la misma, añade el memorandum.
Asimismo, la eficacia de cualquier prohibición sobre clonación reproductiva se vería fatalmente minada si se permitiera la clonación terapéutica, dado que resulta imposible, en términos prácticos, distinguir los dos tipos, añade.
Por el contrario, una prohibición total de la clonación humana tiene la ventaja de establecer un límite claro a la investigación científica, dice el documento. Es deseable tal claridad en un tema que implica valores humanos fundamentales, tanto para los individuos como para la sociedad en general.
El documento español también comentaba que la experiencia reciente con la clonación animal confirma las dudas sobre la sabiduría de los experimentos que impliquen a humanos. La clonación implica un alto grado de riesgo de que los embriones sufran serias deformaciones y se vean afectados por anormalidades genéticas. Además, la clonación no es el único camino abierto para la investigación científica, dado que los experimentos con células madre de adultos han dado resultados positivos.
En el encuentro de octubre, el embajador Sichan Siv, representante de Estados Unidos ante el 6Com, defendía que los seres humanos son diferentes de otros objetos animados o inanimados. En sus observaciones, hechas públicas el 17 de octubre en un comunicado de prensa de la Misión de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Siv declaraba: «De hecho, está ampliamente reconocido que el cuerpo humano y sus partes, como tales, no deberían convertirse en mercancías, que dieran como resultado beneficios económicos».
Siv continuaba explicando que «los principios aceptados por la ciencia médica dictan que los experimentos no se deberían llevar a cabo siempre y cuando haya una razón previa para creer que tendrá lugar la muerte o un daño que inhabilite a un ser humano». Los dos aspectos de la clonación humana «son indivisibles – intelectual, científica y prácticamente», añadía.
Medidas de Alemania y Francia
La prohibición parcial de la clonación propuesta por Francia y Alemania se enfrenta a repetidas decisiones del Parlamento de la Unión Europea, que piden la prohibición total. El Parlamento Europeo votó el 22 de noviembre a favor de una prohibición internacional de toda forma de clonación humana, observaba aquel día Friday Fax del Catholic Family & Human Rights Institute.
La votación tuvo lugar por medio de una enmienda a un informe sobre biotecnología en el que el Parlamento «repite su insistencia de que debería haber una prohibición universal y específica a nivel de las Naciones Unidas sobre la clonación de seres humanos en cualquier fase de formación y desarrollo, y urge a la comisión y a los estados miembros a trabajar hacia ese objetivo».
El 10 de abril el Parlamento Europeo repetía su petición de una prohibición, informaba Associated Press. Los parlamentarios votaron a favor de una prohibición de crear embriones humanos para investigación de células madre, incluyendo la creación por medio de la clonación. Las decisiones del Parlamento Europeo requieren todavía la aprobación de cada estado miembro antes de entrar en vigor.
Ulteriores críticas vinieron del Parlamento alemán. Según el Friday Fax del 21 de febrero, casi todos los miembros de los partidos alemanes más importantes votaron a favor de una declaración, urgiendo al gobierno a cambiar su postura en las Naciones Unidas y abrazar una prohibición total de la clonación humana.
La declaración establece que la
clonación constituye un asalto contra la dignidad humana, y que no hay distinción moral entre tipos de clonación, puesto que toda clonación da lugar a la creación de embriones humanos vivos.
Los anuncios recientes de que seres humanos habían sido ya clonados no han encontrado confirmación por fuentes independientes. Sin embargo, Ian Wilmut, que clonó a la oveja Dolly, ha declarado en repetidas ocasiones su deseo de clonar un embrión humano. Según el Sunday Times del 27 de abril, Wilmut declaró que este año sometería una petición a la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología para clonar un embrión.
Ésta es una caja de Pandora que podría evitarse, si se aprueba a tiempo la petición anticlonación de Costa Rica.