NAZARET, 26 mayo 2003 (ZENIT.org–Avvenire).- Por primera vez, judíos y árabes emprendieron este lunes una visita a Auschwitz, con el objetivo de recordar la «Shoah» (el Holocausto judío) y promover la reconciliación de los dos pueblos, por iniciativa de un sacerdote de Nazaret.
Cuando el padre Emile Shoufani, párroco de la comunidad greco-melquilta católica, lanzó hace tres meses la iniciativa «Memoria para la paz» parecía una provocación. Contaba con la participación de unas 300 personas. En la peregrinación, que durará cuatro días, participan sin embargo 125 árabes de Israel, 25 cristianos, 100 musulmanes y 135 judíos.
A ellos se les han unido 200 franceses y belgas, de los cuales 140 son árabes (la mitad cristianos y la mitad musulmanes), así como un centenar de periodistas, la mitad de los cuales siguen la peregrinación desde Israel.
Además de visitar Auschwitz, pasarán también por Wadowice, la ciudad natal de Juan Pablo II, «en cuya enseñanza y compromiso de reconciliación entre árabes y judíos me he inspirado», explica el padre Shoufani, palestino de etnia e israelí de ciudadanía, archimandrita de la Iglesia melquita de Galilea.
–¿Cómo surgió la idea de un proyecto tan atrevido?
–Emile Shoufani: La idea del proyecto «Memoria para la paz» con la peregrinación común de árabes y judíos a Auschwitz me vino durante varios encuentros que hacemos con estudiantes y profesores en el colegio católico del que soy director: se habían hecho cada vez más difíciles desde octubre de 2000, es decir, desde el inicio de la segunda Intifada, que ha provocado una fractura casi total entre israelíes y palestinos. Me he dado cuenta de que para continuar el diálogo hacía falta quizá hacer memoria, tratar de hacer las paces con la historia.
–Padre Shoufani, ¿cómo ha tenido lugar su conocimiento personal del Holocausto?
–Emile Shoufani: Conocí el Holocausto cuando estudiaba en Francia, a través del libro sobre Treblinka, aparecido en 1966. Fue mi primera lectura y comprendí que el Holocausto no era simplemente una página de la historia, sino verdaderamente la aniquilación de un pueblo. En aquel mismo año visité el campo de concentración de Dachau: quedé sobrecogido hasta el punto de que no puede continuar el viaje. Experimenté profundamente la miseria del hombre y de la humanidad. Estoy convencido de que para comprender al pueblo judío es necesario escuchar lo que dice sobre su historia y sobre el Holocausto.
–¿Cuál ha sido la reacción de judíos y árabes cuando ha expuesto el proyecto «Memoria para la paz»?
–Emile Shoufani: Al anticipar el proyecto a amigos judíos, descubrí ciertas cautelas: estaban convencidos de que habría encontrado una firme oposición de los árabes. Era necesario superar esta actitud, escuchar esta reacción Ahora decenas de judíos israelíes han aceptado hablar sobre el Holocausto. Gente de todas las clases sociales, de izquierda, hombres y mujeres, religiosos y no religiosos.
Por lo que se refiere a los árabes también se ha dado esta misma aceptación, pues el llamamiento que he lanzado se ha convertido en una iniciativa de la comunidad árabe. Mucha gente ha querido participar en los encuentros preparatorios.
–La iniciativa ha sido preparada cuidadosamente con conferencias en los que han participado árabes y judíos. ¿Por qué?
–Emile Shoufani: No sólo queríamos visitar lugares simbólicos, como Auschwitz, y saber más cosas sobre el genocidio, sobre el exterminio del pueblo judío por parte del nazismo. El lugar es muy importante, pero es también importante prepararse para ir, escuchando a personas que conocen y vivieron aquella época. Muchos dicen que saben lo que sucedió; pero hay mucha gente que nunca ha escuchado hablar de la «Shoah», no sabe qué fue, cómo está presente hoy en el pensamiento del mundo judío. Ha sido una preparación necesaria que ha tenido como consecuencia la comprensión, la toma de conciencia.
–En una de esas conferencias preparatorias, un joven palestino dijo: «No me interesan los sufrimientos padecidos por los judíos hace cincuenta años; yo tengo ahora los míos».
–Emile Shoufani: Hoy se expresan demasiados juicios, se hacen comparaciones fáciles entre todos los sufrimientos. Ciertamente se da una realidad de sufrimiento, todos nosotros estamos heridos, humillados. Es decir, todos los pueblos de esta región, los palestinos y los israelíes, los hebreos y los árabes, tenemos una herida profundísima. Pero respondo: no podemos comparar historias marcadas por el sufrimiento, más bien es necesario escuchar y asumir el sufrimiento del otro. Nuestra iniciativa consiste en la escucha del sufrimiento judío, en tomar conciencia: conscientes de realizar un gesto que no exige algo a cambio. Lo veo como un acto liberatorio.
–¿Ha encontrado esta apertura en los musulmanes de Nazaret?
–Emile Shoufani: Quien ha adherido a la iniciativa es la imagen de toda la sociedad árabe-israelí, en su mayoría musulmana. El objetivo de esta iniciativa consiste también en mostrar que los árabes-israelíes no han querido nunca amenazar al Estado de Israel. Algunas decenas de personas, un porcentaje que no podría cuantificar, tiene ideas diferentes, pero la voluntad de los árabes-israelíes es la de ser ciudadanos israelíes, construir una confianza nueva.