ROMA, 2 junio 2003 (ZENIT.org).- La ética hace la diferencia, también en economía, afirma el presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.
El arzobispo Renato R. Martino llegó a esta conclusión al recordar este sábado a Giuseppe Toniolo (1845-1918), catedrático de Economía Política, al que considera como una de las figuras más significativas del laicado católico entre los siglos XIX y XX, actualmente en proceso de beatificación.
Al intervenir en un congreso en Pieve di Soligo (Treviso), el arzobispo se centró en la aportación particular de Toniolo, que trató de solucionar el problema social, rechazando tanto el individualismo del sistema capitalista como el colectivismo socialista a través de la creación de corporaciones de empresarios y obreros, con una organización propia, y reconocidas por el Estado.
Entre las lecciones dejadas por Toniolo, el arzobispo Martino subrayó ante todo la propuesta del «grupo humano solidario», capaz de reconocerse en valores comunes, en el que «se trabaja mejor, con costes inferiores, con menor desperdicio y mayor eficacia».
Otra de las lecciones actuales de Toniolo, según monseñor Martino, es que el mercado debe ser regulado por los principios éticos y no sólo económicos.
«Hay necesidades colectivas y cualitativas que no pueden ser satisfechas mediante sus mecanismos –afirmó–; hay exigencias humanas importantes que se escapan a su lógica; hay bienes que, por su propia naturaleza, no se pueden ni se deben vender o comprar».
El prelado concluyó reconociendo que «un sano conflicto social nunca ha sido condenado por la Doctrina Social de la Iglesia, que ve en él un factor de progreso, cuando no es violento o ideológico».