«No se puede hablar de las raíces de Europa y omitir el cristianismo»

Secretario de obispos europeos comenta el Preámbulo de la Constitución Europea

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SAN GALLO, 3 junio 2003 (ZENIT.org).- Desacuerdo, motivos políticos e incomprensión hacia el hecho religioso –en particular el cristianismo– parecen haber ocasionado la ausencia de toda mención a las raíces cristianas de Europa en el borrador del Preámbulo de la Constitución Europea, publicado el miércoles pasado.

Mientras tanto, en Bruselas se multiplican las reuniones y contactos para lograr un nuevo texto del borrador de la Constitución Europea que deberá presentarse el próximo 20 de junio en la cumbre europea de Tesalónica (Grecia).

El borrador actual se inspira «en las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa» que, según explica, fueron «alimentadas inicialmente por las civilizaciones griega y romana», «y más tarde por las corrientes filosóficas de la Ilustración».

Siguiendo el texto, éstas son las raíces en las que se funda la «visión del valor primordial de la persona y de sus derechos inviolables e inalienables, así como del respeto del derecho» (Cf. página web de la Convención Europea ).

Según monseñor Aldo Giordano, secretario general del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), «visto que se ha hecho referencia a las raíces, es incomprensible que no haga referencia al cristianismo».

Es satisfactorio el hecho de que se haya aceptado al menos la palabra «religión», explicó monseñor Giordano. Pero es una «gran decepción» que en el Preámbulo se haya procurado hacer referencia a las raíces de Europa y en éstas falte la mención al cristianismo, una cita que es «absolutamente necesaria».

La ausencia de la mención tiene su explicación «en parte por la intención de dar con fórmulas con las que todos estén de acuerdo –constató el lunes en los micrófonos de Radio Vaticana –. Hay un debate».

«En ocasiones, el debate está politizado si cierta corriente en un país sostiene una teoría y otra corriente apoya otra por motivos políticos», añadió.

A ello se suma «ciertamente una incomprensión de qué es verdaderamente el hecho religioso y, en particular, el hecho cristiano –continuó monseñor Giordano–. Se tiene este temor de citar el cristianismo, que en opinión de algunos podría no ser conciliable con la existencia de otras experiencias religiosas».

El CCEE reúne a los presidentes de las actuales 34 conferencias episcopales europeas. Está presidido por monseñor Amédée Grab, obispo de Chur. Sus vicepresidentes son monseñor Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb y el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster.

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ZENIT Staff

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