TAIPEI, 11 junio 2003 (ZENIT.org–Fides).- Frente al temor de la población taiwanesa ante el virus del SARS («síndrome respiratorio agudo severo», según sus siglas en inglés) o neumonía atípica, un misionero católico ha llamado la atención sobre el hecho de que en el país no se preste la misma atención al suicidio, fenómeno que produce más fallecimientos que la infección respiratoria.
«Los periódicos están llenos de noticias sobre el SARS y los informativos no hablan de otra cosa. Pero sinceramente, lo que más me ha impresionado desde que estoy aquí es otra enfermedad de la que nadie habla que produce cada día muchas víctimas», explicó desde Taipei el padre Paolo Desandré, misionero de la Fraternidad de San Carlos Borromeo.
«En Taipei y en Taiwán en general, hay un número impresionante de suicidios –explicó–. En las clases de chino, por ejemplo, es muy corriente que el suicidio de una persona, ocurrido el día anterior, sea uno de los temas de debate. Se habla del suicidio como de algo normal, incluso a veces se hacen bromas de ello».
«Hay gente desesperada que se arroja desde un puente, o jóvenes que a causa –según dicen los periódicos– de un examen fallido o del abandono de la persona amada, se quitan la vida».
«Poco o nada se dice de estos hechos que causan más muertes que el SARS, a excepción de la prensa sensacionalista, que busca motivos escondiendo la razón verdadera de este triste acto: la gente no ha llegado a encontrar el sentido de la vida», concluye el misionero.