La omisión del Cristianismo en Europa es por ignorancia; afirma monseñor Giordano

Secretario General del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas

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BRUSELAS, 12 junio 2003 (ZENIT.org).- El texto modificado del Preámbulo de la futura Constitución europea, presentado en la noche del martes, ha sido acogido con «satisfacción por las mejoras recogidas», pero no responde «a las expectativas de las Iglesias cristianas».

Con estas palabras valoró monseñor Aldo Giordano, secretario general del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), el nuevo borrador, difundido por el Presidium de la Convención europea.

La última redacción prescinde de mencionar las civilizaciones griega y romana y las corrientes filosóficas de la Ilustración como parte de la herencia del Viejo Continente, pero continúa omitiendo el reconocimiento a las raíces cristianas de Europa.

Explícitamente el nuevo texto del Preámbulo alude a la «inspiración de las herencias culturales, religiosas y humanistas de Europa, que siguen presentes en su patrimonio y han hecho arraigar en la vida de la sociedad su visión del valor primordial de la persona y de sus derechos inviolables e inalienables, así como del respeto al derecho».

«Se tiene la impresión de que ha mejorado el texto, porque al eliminar la frase que se refería a las raíces de Europa –la civilización greco-romana, el impulso espiritual y la Ilustración»– se evita el tosco error histórico de no citar el cristianismo», explicó este jueves monseñor Giordano a los micrófonos de «Radio Vaticana».

«Naturalmente, se considera positivo helecho de que la palabra “religión” esté presente en el texto (…). Por lo tanto, estamos satisfechos por el paso dado, pero estamos a la espera de otro más», afirmó.

«Vista la voluntad de escucha que esta mejora indica –añadió–, esperamos que la Constitución europea no busque un consenso sobre lo mínimo, porque creo que Europa y la historia ha llegado a un momento en el que se necesita un auténtico salto de calidad».

Según explicó monseñor Giordano, con el Cristianismo sería posible dar un salto evolutivo en el concepto de humanidad, de fraternidad y de libertad. Por ello, representaría un gran paso si se introdujera la luz del Cristianismo dentro de la Constitución.

«Una referencia clara a las raíces judeo-cristanas permitiría a Europa convertirse en un punto de referencia nuevo para toda la humanidad», constató.

El hecho de que se eluda esta referencia se debe en el fondo –en opinión de monseñor Giordano– a la ignorancia sobre lo que significaría citar a Dios o al Cristianismo.

«Hay ignorancia, pero no sólo en algunos sectores –advirtió–. Tal vez hay una ignorancia bastante difundida incluso entre los cristianos. Este debate nos invita a profundizar en la riqueza de nuestra fe».

«Si nosotros, como cristianos, aprovechamos esta ocasión para profundizar en el don que hemos recibido, ciertamente aportaremos una contribución a Europa», concluyó.

El próximo viernes, la Asamblea plenaria de la Convención deberá llegar a un acuerdo sobre el texto definitivo de la primera parte de la futura Constitución europea, que será presentado el 20 de junio en la cumbre de Salónica (Grecia).

El CCEE reúne a los presidentes de las actuales 34 conferencias episcopales europeas. Está presidido por monseñor Amédée Grab, obispo de Chur. Sus vicepresidentes son monseñor Josip Bozanic, arzobispo de Zagreb y el cardenal Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster.

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ZENIT Staff

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