CIUDAD DEL VATICANO, 24 junio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II manifestó su satisfacción al reconocer que, en su viaje del pasado domingo a Bosnia-Herzegovina, pudo constatar el deseo de sus pueblos de superar el pasado con el perdón.
Al concluir la audiencia general de este miércoles, dirigiéndose a unos 10.000 peregrinos, el pontífice recordó su visita de un solo día a Banja Luka (ciudad de la entidad serbia de Bosnia-Herzegovina) durante la que beatificó al primer laico croata y bosnio, Ivan Merz (1896-1928).
Seis años después de su visita pastoral a Sarajevo, este viaje «breve, pero intenso» ha estado «cargado de esperanza para ese país sometido a tan duras pruebas a causa de los recientes conflictos», reconoció el Papa.
«En todos he constatado la voluntad de superar las experiencias dolorosas del pasado para construir, en la verdad y el perdón recíprocos, una sociedad digna del ser humano y agradable a Dios», aseguró.
Por último, el Santo Padre pidió a la comunidad internacional que ayude a esos pueblos a «resolver los complejos problemas todavía abiertos y conseguir la legítima aspiración de vivir en paz y de formar parte de una Europa unida».