VENECIA, 4 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Para que el cine vuelva a ser creativo, tiene que redescubrir qué es el ser humano, la naturaleza más profunda del hombre y la mujer, considera el patriarca de Venecia, ciudad que acoge el prestigioso Festival de Cine.
«El arte del cine es, quizá, una de las figuras más elevadas, capaz de penetrar en el núcleo paradójico de la libertad del hombre», explicó el arzobispo Angelo Scola este miércoles en una intervención ante los miembros del Jurado internacional «Signis» de la edición número 60 del Festival.
Hablando sobre «el cine y la atención de la Iglesia por este arte», el patriarca recordó que desde sus orígenes la Iglesia sigue de cerca el mundo del cine, en particular «la evolución de sus lenguajes narrativos».
«Vale la pena detenerse desde un punto de vista moral para constatar hasta qué punto esta forma expresiva hoy está en crisis, a causa de la falta de directores, guionistas, actores, capaces de contar qué es lo humano», añadió según recoge el servicio de información de la Conferencia Episcopal Italiana, SIR.
«Al igual que en otros ámbitos del arte, el riesgo hoy consiste en perderse en detalles, no en fragmentos», perdiendo la visión de conjunto del ser humano, constató.
Según el patriarca, «el cristiano busca con gran curiosidad a quienes son capaces de dejar entrever con comparaciones, de manera eficaz, el eco de lo Infinito en lo finito».
Cuando una película alcanza este objetivo, concluyó, encuentra en los corazones «un eco inmediato, la capacidad de disfrutar y el gusto de comunicar este disfrute».
Signis es la Asociación Católica Mundial para la Comunicación.
