CIUDAD DEL VATICANO , 23 septiembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha querido hacerse presente en el congreso interreligioso que se celebra entre el martes y el miércoles en Astana (Kazajstán) a través de un mensaje en el que recuerda que la auténtica religión es un instrumento de promoción de la paz.
En el congreso sobre el papel de las religiones en el contexto mundial actual participa el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, ex República soviética de algo menos de 17 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes y ortodoxos, visitada por Juan Pablo II en septiembre de 2001, poco después de los atentados del 11 de septiembre.
El Papa considera en su mensaje que esta iniciativa sirve para continuar el espíritu de las jornadas de oración por la paz a las que convocó a líderes religiosos.
«Esta nueva iniciativa de las autoridades de Kazajstán contribuirá a promover el respeto de la dignidad del ser humano, a la defensa de la libertad religiosa y al fomento de la comprensión mutua entre los pueblos, convencidos como estamos de que la religión, correctamente entendida, demuestra ser un sólido instrumento para la promoción de la paz», afirma el mensaje pontificio.
«Por este motivo –concluye–, la Iglesia católica, basándose en la enseñanza revelada de la que es depositaria, está comprometida en el respaldo de todo esfuerzo sincero en favor de una paz auténtica fundada en la verdad, la justicia, el amor y la libertad».
En el congreso, la delegación de la Santa Sede está encabezada por el cardenal eslovaco Jozef Tomko, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
Forman parte de la delegación los arzobispos Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz; Pier Luigi Celata, secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso; Jozef Wesolowski, nuncio apostólico en Kazakistán y Tomasz Peta, arzobispo de Astana, así como monseñor Julio Murat, de la Secretaría de Estado y el padre Jozef Maj, S.I., del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.